La crítica socialista a la lucha religiosa contra la gripe en 1918: el caso santanderino

Historia

En un artículo del mes de noviembre de 2018 en este medio de El Obrero publicamos un trabajo donde se explicaba la denuncia realizada a través de las páginas de El Socialista sobre el empleo de la religión para luchar contra la epidemia de gripe que azotó España y el mundo en aquellos tiempos. Se aludía a lo que pretendían los Ayuntamientos de Pamplona, Valladolid y Ferrol, y que tenía que ver con sacar “vírgenes y santos”. La crítica no iba en realidad contra la Iglesia sino contra los poderes municipales que buscaban esta solución en vez de preocuparse de las cuestiones higiénicas y sanitarias de sus ciudades, especialmente de sus barriadas populares.

Pues bien, en este nuevo trabajo nos hacemos eco de la crítica que se hizo en las páginas de El Socialista a los actos religiosos que se realizaron en Santander para combatir la gripe.

Al parecer, en la catedral de Santander en octubre de 1918 se venían celebrando ceremonias religiosas para pedir el fin de la epidemia de gripe. También se había celebrado una procesión con presencia de autoridades civiles, militares, eclesiásticas, de la Corporación municipal y del Sindicato Católico.

El corresponsal realizó una serie de comentarios muy sarcásticos y críticos de todos estos hechos, especialmente sobre el Sindicato, formado por “los amarillos, los rompehuelgas” y que “entraban en la casa de Dios como pudieran hacerlo en cualquier otro sitio”.

El corresponsal explicó que el vocerío había sido enorme en la procesión, y maravillándose de cómo podían seguir estos actos personas con viso de ser cultas y hasta de ciencia. Terminaba su crónica explicando que la misma prensa que había dado cuenta de tal “brillantísimo acto” informaba de cómo la epidemia de gripe había tomado caracteres alarmantes en Santander, con defunciones muy rápidas.

El artículo terminaba así:

“¿Se habrá perdido el tiempo? Así lo presumo. Es más; creo que Dios no habita ya en los cielos que vemos y a los cuales clamamos inútilmente. ¡Qué lástima!”

Hemos empleado como fuente el número 3376 de El Socialista. El artículo citado al principio, publicado en El Obrero, se titula, “La denuncia socialista por el empleo de la religión en la lucha contra la gripe en 1918”

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