Los socialistas contra la civilización, recordando a Wilhelm Liebknecht

Historia

Hace unos días recordábamos el 120 aniversario de la muerte de Wilhelm Liebknecht a través del particular homenaje que le rindieron los socialistas españoles. Pues bien, en otro aniversario, en agosto de 1930, las páginas de El Socialista, incluyeron un artículo del socialista alemán sobre la misión del socialismo, que pasamos a rememorar en esta nueva pieza en El Obrero. El artículo llevaba el provocativo título de “Los socialistas contra la civilización”.

 

Y el título era muy significativo porque se acusaba a los socialistas, precisamente, de eso, de destruir la civilización, pero, ¿cómo era posible esta acusación hacia un partido que defendía la enseñanza gratuita y obligatoria?

En todo caso, reconocía que no dejaba de ser cierta la acusación porque los socialistas, realmente, querían destruir lo que sus adversarios denominaban “civilización”, es decir, la servidumbre, la opresión y la ignorancia. La civilización de los socialistas era lo contrario de la civilización de la burguesía. Y para ello, el socialista alemán insistía mucho en la lucha contra la ignorancia.

Por eso, había que generalizar la educación, con “escuelas populares” frente al modelo educativo imperante. Las escuelas tenían que ser para el pueblo, para enseñar a los niños el mayor número de conocimientos, pero también para que cultivasen y desarrollaran las disposiciones e inclinaciones propias de cada niño.

La educación, por lo tanto, como la entendía el socialismo, se convertía en el medio de civilización más poderoso existente. La inteligencia no era un privilegio de clase, se encontraba en todas, pero la sociedad, con pocas excepciones, solamente permitía su desarrollo para unos y no para todos, y aún así, tampoco la educación existente facilitaba un desarrollo completo, es decir, que nuestro protagonista no sólo criticaba que el pueblo no podía acceder a la educación, sino también que la existente no era nada buena. Por eso, defendía un cambio educativo para todos para destruir, como ya hemos apuntado, la civilización, y en su interés no se olvidaba tampoco de la situación de la mujer.

Hemos consultado el número 4522 de El Socialista del 7 de agosto de 1930. En El Obrero el lector encontrará varios artículos sobre Wilhelm Liebknecht.

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