El “obrero Albert”
Alexandre Martin Albert (1815-1895), conocido como el “obrero Albert”, fue destacado personaje del movimiento obrero francés en los años treinta y cuarenta del siglo XIX.
Aunque nació en una familia campesina, Albert pronto decidió optar por otro trabajo, el de mecánico modelador, y emprendió un viaje por Francia, en la tradición de los compagnons para completar su formación. Al terminar se instaló en París, entrando a formar parte de sociedades secretas dedicadas a conspirar contra la Monarquía de Luis Felipe de Orleáns. Estaría en las insurrecciones de 1832, 1834 y 1839, esta última protagonizada por la Société des Saisons, que habían creado Blanqui y Barbès en 1837, cuya fallida insurrección pretendía crear una República social.
En el año 1840 fundó con algunos de sus compañeros el periódico L’Atelier.
Albert participó activamente en la Revolución de 1848. Louis Blanc propuso su nombre para formar parte del Gobierno Provisional. En ese momento nacería su apodo, el de “el obrero Albert”, porque en los documentos siempre aparecía su nombre y su condición de obrero.
En el Gobierno siempre estuvo siempre al lado de Blanc, siendo nombrado miembro de la Comisión de Luxemburgo, encargada de establecer una política laboral. Debemos recordar que la Segunda República proclamó el derecho al trabajo, y que Blanc había luchado porque se crease un Ministerio de Trabajo. No lo consiguió, aunque el Gobierno organizó una Comisión, que tomó el nombre del palacio donde se reunía, formada por distintos personajes de planteamientos diversos, desde socialistas teóricos hasta economistas más o menos liberales, pasando por obreros, como nuestro protagonista. Su misión era plantear una organización laboral, los Talleres Nacionales, aunque no se la dotó de presupuesto alguno. Blanc fue designado presidente, y Albert actuaría como vicepresidente.
También sería elegido diputado de la Asamblea Constituyente en abril de 1848, aunque por muy poco tiempo, debido a la revuelta del 15 de mayo. Albert, junto con Blanc intentaron que no se asaltara la Asamblea, pero en la confusión fueron acusados de incitar a la rebelión. Blanc consiguió huir, pero no Albert, que sería detenido, padeciendo un juicio en un tribunal creado especialmente para tratar este asunto. Albert denunció este hecho, y se negó a defenderse. Sería condenado a la deportación.
En 1859, gracias a una amnistía de Napoleón III, regresó a París, entrando a trabajar en una Compañía de Gas. Participaría en la Comuna.