¿La tiranía obrera?
El Socialista teorizó en febrero de 1901 sobre lo que, en ese momento, al parecer, la patronal hablaba, o clamaba sobre la supuesta tiranía que les hacían sentir los trabajadores. Rescatamos aquel texto porque nos puede ayudar a comprender más la postura del socialismo en relación con la conflictividad social en los inicios del siglo XX.
El contexto tenía que ver con dos conflictos del momento: el cierre patronal en el muelle de Gijón, y la unión que se había producido por parte de los patronos del ramo de la construcción en Vigo frente a los trabajadores. La columna del periódico se preguntaba si era posible hablar de tiranía obrera ejercida, supuestamente, por los que vivían al día, y no poseían más riqueza que un “mísero salario” cuando encontraban ocupación. Se preguntaba si los que trabajaban para el beneficio de otros podían tiranizar a los dueños de las fábricas, a los propietarios de las minas, a los que poseían muchas tierras o a los que disponían de miles o millones de pesetas. La pregunta se extendía al considerar si podían ejercer tiranía los que vendían su fuerza de trabajo a los “acaparadores de riqueza”, y que estaban en posesión del poder ejecutivo, eran dueños del Legislativo y disponían a su gusto de la Iglesia, la Magistratura, la Policía y el Ejército. Los trabajadores no dominaban económica ni políticamente y, por lo tanto, parecía muy difícil que pudieran oprimir o tiranizar a nadie, y mucho menos a los que eran dueños de los medios de producción y del poder.
Cierto era que la organización que tenían los trabajadores les permitía hacerse respetar más de lo que habían estado en el pasado, y mejorar en algo sus condiciones precarias, pero esa organización no podía ser considerada un instrumento de tiranía. Lo que ocurría en opinión del periódico socialista era que los trabajadores ya no eran los mismos del pasado, no se sometían y ahora discutían con la patronal las condiciones laborales para buscar mejorarlas cuando su unión y las circunstancias se lo permitían. Y eso era, en ese momento, calificado de tiranía por los que estaban acostumbrados a mandar.
No podía ser considerada como tiranía la lucha para reducir las horas de “explotación”, elevar un poco los salarios y obtener más consideración personal, y tampoco porque deseasen que en un futuro hubiera establecido un régimen basado en la solidaridad.
La única tiranía de clase existente era la patronal o capitalista.
¿Quiénes eran, por lo tanto, los tiranos, para la publicación obrera socialista?
-Los que después de “estrujar al obrero adulto” le echaban a la calle cuando sus fuerzas disminuían. -Los que reemplazaban al obrero con la mujer en trabajos de fuerza con un salario irrisorio.
-Los que provocaban la prostitución, pues así debemos interpretar la afirmación de que “tiranizan los que cuentan como complemento de la mísera remuneración que dan a sus trabajadoras la venta que éstas tendrán que hacer de sus cuerpos”.
-Los que cuando había crisis de trabajo bajaban el salario.
-Los que imponían el duro régimen fabril a miles de trabajadores.
-Los que echaban de sus casas a los obreros que revelaban más dignidad o que trataban de inculcar en sus compañeros esa entereza (imaginaos que el texto se refiere a los obreros concienciados y líderes).
-Los que ordenaban a la Guardia Civil que persiguiese y apalease a los trabajadores que trabajaban por la emancipación (en la misma línea que el punto anterior).
-Los que se valían de la Iglesia para mantener el embrutecimiento de los desheredados y prolongar, de ese modo, la existencia del régimen social basado en la explotación.
-Los que, formando parte de la clase patronal o estando a su servicio, querían perpetuar la esclavitud económica de la mayor parte de la Humanidad.
La columna en el número 780 del 15 de febrero de 1901 de El Socialista.
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