La denuncia socialista de la situación de los niños expósitos a comienzos de 1931

Historia

En los inicios del año 1931 el periódico El Socialista dedicó mucha atención a graves problemas sociales, como el de la elevada mortalidad infantil, la mortalidad diferencial en función de la procedencia social, el paro, la mendicidad y la situación de los niños expósitos, entre otras cuestiones. En este trabajo aludimos al caso último, a través de la situación que padecían estos niños en Salamanca.

 

Así era, el inspector de Sanidad de la provincia de Salamanca había publicado en la prensa local una nota a raíz de la visita que había girado a la Casa de Expósitos. El funcionario ofrecía algunos datos. En los últimos seis años el promedio de la mortalidad era de 887, teniendo en cuenta que habían ingresado 1.493 niños. En el momento que publicaba su artículo vivían 104 niños. La Diputación Provincial, de quien dependía la Casa de Expósitos gastaba 215.000 pesetas anuales.

La tasa de mortalidad infantil en España era muy alta. El propio inspector ofrecía datos en este sentido. En Nueva Zelanda la tasa de mortalidad infantil era de 75 por mil frente al 81 por mil noruego, para luego ir subiendo: Bulgaria con 139 por mil, Bélgica con 148 por mil e Italia con 168. Pues bien, en España era del 173, y en la provincia de Salamanca aún era mayor, con un 230 por mil. En la Casa de Expósitos era de 887. El periódico socialista consideraba una vergüenza estas cifras. Los niños “se nos mueren miserablemente asfixiados entre las mallas del oficialismo peninsular”. De cada 1.000 niños morían 887 en la Casa de Salamanca, que era calificada por el diario como “antesala trágica de los cementerios infantiles”. Pero no era el único caso; en muchas Casas de Expósitos de otras provincias la mortalidad era también aterradora. Eran Casas con dos puertas que nunca se cerraban: una para los niños que entraban vivos y otra para los que salían muertos.

La denuncia socialista incidía en la hipocresía que suponía que, por un lado, tanto la Iglesia como el Estado fomentasen la idea de que había que promover la natalidad, y por otro lado, se daba esta trágica situación. No se protegía a la infancia, que generaba muchos lamentos de la caridad.

Hemos trabajado con el número 6847 de El Socialista de 18 de enero de 1931.

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