La interpretación de la CGT francesa de la crisis postbélica (1925)
En otra ocasión estudiamos la postura de la CGT sobre cómo debía ser la reconstrucción de Francia una vez terminada la Gran Guerra, sobre la base de la participación obrera en el proceso.
Pues bien, en el otoño de 1925 publicaron un manifiesto muy crítico sobre la situación del país, y que el socialismo español recogió en las páginas de El Socialista al considerar importante conocer como los trabajadores organizados interpretaban los problemas de Francia, al no haber contado con la alternativa sindical.
El Comité Ejecutivo de la Confederación General del Trabajo publicó, efectivamente, un manifiesto a la opinión pública para dar a conocer su criterio sobre la crisis económica que padecía Francia.
El sindicato interpretaba que la crisis era fruto de los errores acumulados y de los “cálculos egoístas” que se habían estado denunciando. La central sindical había criticado la política financiera seguida durante la contienda y en la posguerra. El sindicalismo francés siempre había advertido sobre la falsa creencia de que Alemania lo pagaría todo con las indemnizaciones de guerra. Sobre esa creencia se habría construido toda la política económica. Por eso había crecido la inflación y la deuda.
Los responsables de esta situación eran, para la CGT, los demagogos nacionalistas al servicio de la “plutocracia”.
Había que emprender un enorme esfuerzo de reconstrucción, pero no basado en la adopción de medidas de tipo milagroso, sino en cambios que pasaban por la reducción del gasto militar y otros gastos considerados innecesarios, establecer la justicia fiscal e imponer sacrificios pero a quienes pudieran soportarlos.
La CGT estaba abogando por una fiscalidad progresiva cuando afirmaba que tenía que contribuir la riqueza adquirida para el saneamiento financiero. La CGT quería que se amortizase la deuda porque era imposible que el país siguiese soportando esta carga. Pero, además, se rechazaba la inflación, que solamente servía para agravar la situación y reforzar el capitalismo. Así pues, lo primero que había que emprender es la reducción de cargas de la deuda y la estabilización real del cambio como primer paso para la vuelta a una moneda sana, reclamando energía y resolución al Gobierno y al Parlamento.
Hemos consultado en el número 5248 de El Socialista. Por otra parte, podemos consultar el trabajo de este autor en el número 41 (junio-julio de 2021) de Argumentos Socialistas, titulado, “La alternativa sindical francesa para la reconstrucción después de la Gran Guerra”