La visión de Eutiquio del Barrio de la UGT y el PSOE en 1928

Historia

Eutiquio del Barrio de las Heras (1884-1956) fue un segoviano, natural de la localidad de Arevalillo, que trabajó de dependiente en Madrid en el tránsito del siglo XIX al XX, siendo uno de los fundadores de la Sociedad de Dependientes de Comercio de Ultramarinos en el Centro Obrero de la madrileña calle de Relatores. En 1905 emigró a Chile consiguiendo abrir el Hotel Español, un centro de difusión de ideas progresistas.

 

Del Barrio fue un protagonista indiscutible en la defensa de causas sociales, como la de los afectados en la liquidación del Banco Español de Chile. En 1929 creó el Ateneo Pablo Iglesias en Santiago, siendo su presidente hasta 1935. Durante la Dictadura del general Ibáñez supuestamente estuvo involucrado en la conspiración para terminar con el militar, siendo detenido y condenado a muerte junto con otros miembros del Ateneo y del Partido Socialista de Chile, aunque se le conmutó la pena y fue puesto en libertad. En la guerra civil y la inmediata posguerra puso su hotel a disposición de los refugiados españoles. Estuvo en el Congrego Extraordinario del PS en Curicó, donde fue proclamado candidato a regidor de Santiago.

Eutiquio del Barrio visitó de forma regular España, manteniendo el contacto con la Casa del Pueblo madrileña. Este artículo, precisamente, versa sobre la visita que realizó en 1928, cuya crónica publicó en El Socialista, del que fue su corresponsal en Santiago de Chile. Eutiquio del Barrio apreciaba un enorme desarrollo en la organización socialista, especialmente de la UGT. Valoró la tarea “ejemplar y práctica” de la Mutualidad Obrera de Madrid, que contaba con diez mil cotizantes, pertenecientes todos a las organizaciones que se encontraban en la Casa del Pueblo. La Mutualidad había creado cinco farmacias en la capital y una clínica en una finca urbana de su propiedad en la calle de Eloy Gonzalo, que estaría pronta a ampliarse, y que daba un magnífico servicio gracias a un selecto cuerpo de médicos y cirujanos. Esta organización mutualista había sido creada, se mantenía y era dirigida por obreros, permitiendo la emancipación de la asistencia sanitaria precaria que se ofrecía en hospitales o dispensarios, en forma de limosna o caridad, frente al derecho a una perfecta atención.

También había visitado la Cooperativa socialista con sus cuatro tiendas de ultramarinos y una sección de zapatería, todo establecido con bases sólidas.

En su crónica calificaba de exquisita administración la que desarrollaba un Consejo de obreros socialistas del caudal de ochocientas mil pesetas legadas por Cesáreo del Cerro, que había aumentado a dos millones, dedicados a la construcción de escuelas para hijos de obreros de Madrid, y para el mantenimiento de las mismas.

Del Barrio comentaba la formación del fondo para la denominada Fundación Pablo Iglesias, en memoria del “abuelo”, y tenía como objetivo formar un Centro de Estudios o Universidad Popular. En el momento de su visita se estaban realizando obras en la Casa del Pueblo, y también había apreciado la vida de las organizaciones obreras de la misma, especialmente la del Sindicato de la Edificación.

Por fin, había visitado la Editorial Socialista, cuyo mejor exponente era el periódico El Socialista, que consideraba nexo de unión entre el Partido Socialista Obrero Español y la Unión General de Trabajadores. Nuestro protagonista segoviano-chileno apreciaba la labor de los principales dirigentes socialistas, a los que citaba, en cada una de las organizaciones.

Su crónica, que envió desde Santiago de Chile, terminaba con un canto de alabanza hacia el socialismo, la UGT y el PSOE.

Hemos consultado el número 6016 de El Socialista de 20 de mayo de 1928.

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