Los obreros carboneros madrileños piden mejoras

Historia

Continuamos en nuestro objetivo de aportar materiales para profundizar en el conocimiento de cómo actuaba el movimiento obrero en la Historia española, sus métodos y estrategias de lucha. Uno de los aspectos que más nos interesan es el relacionado con el procedimiento empleado por las sociedades obreras de signo socialista en relación con la elaboración y presentación de bases y peticiones de mejoras que, además, nos aportan una valiosa información sobre la realidad del mundo laboral en cada sector.

 

En este breve trabajo nos acercamos a septiembre de 1922 y a los obreros carboneros de la capital de España, organizados en la Sociedad “La Emancipadora”, que presentaron las siguientes peticiones:

-Reconocimiento de la Sociedad. Aspecto fundamental porque muchos patronos no reconocían las sociedades de resistencia, a pesar de ser completamente legales desde la ley de asociaciones de Sagasta a finales de la década de los ochenta del siglo XIX. Sin este reconocimiento era muy difícil negociar entra ambas partes.

-Reconocimiento de la Fiesta del Trabajo el 1º de mayo, con derecho al cobro de haberes. Recordemos que hasta 1931 no fue fiesta oficial. Los obreros buscaban con esta petición que pudieran hacer la fiesta reivindicativa sin perder su trabajo, siendo una jornada remunerada.

-Reconocimiento de la jornada legal de trabajo de ocho horas. A pesar de estar aprobada esta jornada hubo muchos problemas para que se extendiera, ya fuera cumpliendo las excepciones que marcaba la propia ley, ya abusando sobre las mismas, o simplemente vulnerándose por parte de algunos patronos.

-Aumento salarial del 25% sobre los jornales existentes.

-Limitación del peso que había de llevar el obrero, siendo 50 kilos el máximo. Estaríamos ante un claro ejemplo de la dureza de las condiciones de trabajo.

-Abono de las horas extraordinarias. Las dos primeras serían con un 20% de recargo, y la restantes con el 40%.

-En caso de enfermedad, el trabajador debía recibir el jornal durante treinta días. Recordemos que lo normal era que si se estaba enfermo no se tenía derecho a percibir sueldo alguno.

-No admitir al trabajo a menores de dieciséis años.

Hemos trabajado con el número 4242 de El Obrero de 15 de septiembre de 1922. En El Obrero hemos estudiado la situación de los carboneros madrileños en otro trabajo (marzo de 2020), y donde aludíamos a su situación hacia 1928. Nos llama la atención que seis años después de estas peticiones se seguían denunciando cuestiones como el excesivo peso que tenían que cargar los trabajadores, en torno a los cien kilos, lo que nos demuestra las dificultades por conseguir mejoras en este sector. Pero es más, la jornada laboral podía rondar las diez u once horas diarias, el salario era muy bajo y no se cobraban las horas extraordinarias.

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