Los obreros cerveceros a fines de los años veinte
En este artículo vamos a repasar la situación de los obreros cerveceros a finales de los años veinte. Para ello acudiremos a la reunión que celebraron en la Casa del Pueblo de Madrid el 13 de noviembre de 1929, que nos ofrece algunos datos, justo en el momento de la época de los comités paritarios.
El acto fue presidido por Enrique Artigas, que explicó el sentido del acto, y que no era otro que el de tratar de la organización obrera y del Comité Paritario de la industria relacionada con el trabajo de estos obreros, y que estaba pronto a constituirse.
El primer orador fue Antonio Pérez, en representación de la Sociedad de Obreros cerveceros de Santander para explicar el trabajo de dicha Sociedad para hacer frente a las coacciones patronales. Al parecer, en un primer momento la constitución de la misma fracasó, pero se hizo pronto un segundo intento, esta vez coronado por el éxito, agrupando a la mayoría de los trabajadores empleados en las fábricas de cerveza de la zona. Para demostrar la importancia de la organización obrera, muy en la línea del sindicalismo de raíz socialista, Pérez explicó que la Sociedad había conseguido que las empresas pagasen mejor a los trabajadores. Al parecer, hacia 1917, antes de existir la Sociedad, se cobraban seis reales, para terminar después con cinco pesetas, que era lo que cobraban los obreros que lograban especializarse. Para alcanzar este logro hubo necesidad de realizar tres pactos, por los que, progresivamente, se fueron introduciendo mejoras materiales y “morales”, que las empresas, a pesar de su resistencia, tuvieron que aceptar dada la unión y disciplina de los obreros, al estar agrupados en una Sociedad. El último logro de los obreros cerveceros cántabros había sido que los empresarios reconociesen la fiesta del Primero de Mayo y remunerada como día trabajado. También explicó Pérez que no llegó a implantarse el control obrero en las fábricas de cerveza, pero por responsabilidad de los propios obreros porque no se encontraban suficientemente preparados o capacitados.
Después habló Fermín Blázquez, uno de los sindicalistas más importantes de la UGT, y factor fundamental de la Casa del Pueblo madrileña, llegando a ser diputado en la República. Blázquez solía asistir a muchas asambleas y reuniones en la Casa del Pueblo de distintos ramos productivos para asesorar y para defender las estrategias sindicales de la UGT. En este caso, explicó cómo la patronal veía en la central sindical una amenaza a sus privilegios, algo que así sucedía porque, en su opinión, cada pacto y ley social que se conquistaban disminuían los derechos de los patronos y aumentaban los de los obreros. Blázquez, por lo tanto, se dedicó a glosar la importancia de la organización en beneficio de los trabajadores.
Blázquez también dedicó un tiempo a explicar el funcionamiento de los comités paritarios y su alcance, defendiendo su existencia frente a los ataques que recibían de los patronos, junto con los que lanzaban contra la organización obrera y sobre los trabajadores con más conciencia. En todo caso, los comités paritarios no eran el último fin de las aspiraciones obreras, sino la base para alcanzar beneficios mayores como el subsidio de paro y el establecimiento del control obrero en las industrias.
Hemos trabajado con el número 6479 de El Socialista, de 14 de noviembre de 1929.