“Reminiscencias y experiencias” de Angélica Balabanova

Historia

Angélica Balabanova (1878-1965) fue una intensa socialista y comunista ucraniana, que desarrolló su vida en Italia. Al instalarse en Roma, después de pasar por Bruselas, comenzó a organizar a las trabajadoras textiles e ingresó en el Partido Socialista Italiano en el año 1900. Escribió en Avanti!, y se relacionó con los principales líderes socialistas italianos. También tendría relaciones internacionales con Clara Zetkin. Fue una intensa crítica de la guerra al estallar la Primera Guerra Mundial, enfrentándose a Mussolini. En esa época se dedicó, además, a difundir las ideas de Trotski en Italia. Luego pasó a residir en Suecia. En 1917 se decidió por la causa comunista, viajando a Rusia, pero en los comienzos de los años veinte criticó la represión, por lo que decidió regresar a Italia, aunque con el triunfo del fascismo tuvo que huir a Suiza, viajando por París y Estados Unidos. Al terminar la Segunda Guerra Mundial regresaría a Italia, luchando contra la alianza entre socialistas y comunistas.

 

En El Obrero hemos estudiado un trabajo suyo sobre el anticlericalismo socialista, que se publicó en febrero de 1909 en España en La Internacional. Pues bien, regresamos a este personaje tan intenso con la reseña que publicó El Socialista en octubre de 1927 sobre un libro suyo titulado Reminiscencias y experiencias. La reseña tiene su interés porque ofrece datos de la vida y compromiso de Balabanova, al considerarla una de las personalidades más relevantes del movimiento socialista internacional femenino, aunque se avisaba que, en realidad no se la podía considerar una líder feminista en sí, sino del movimiento socialista en general o “integral” en términos de la época. En este sentido, nos recuerda en este punto a Rosa Luxemburgo, añadiríamos nosotros.

Perteneciendo a una familia acomodada había optado desde muy joven por la causa de los que no tenían, de los humildes. Se informaba que su primer discurso lo había pronunciado en el año 1902. Después había consagrado sus esfuerzos a ayudar a sus camaradas socialistas de Rusia, trasladándose más tarde a Suiza, donde organizó a los inmigrantes italianos. De ahí pasó a Italia donde su energía la condujo al liderazgo del joven movimiento socialista italiano en la Ejecutiva. Siendo una mujer del Este alcanzaría un intenso conocimiento de la realidad y “psicología” del obrero italiano. Eso no le impidió estar pendiente de la Revolución rusa, llegando a ser secretaria de la Internacional Comunista, pero el periódico español informaba que había dejado esa militancia comunista porque, y siempre según dicha publicación, “su pasión por la verdad” le hacían ver que el bolchevismo no conduciría a la libertad ni al concepto socialista de la sociedad”.

Pues bien, por fin, se informaba que acababa de publicar el libro mencionado, tratándose de una obra voluminosa donde daba a conocer su vida, en contacto permanente con el movimiento internacional. En el libro estaban todos los protagonistas de dicho movimiento hasta el momento de la publicación. La autora había participado en todos los Congresos internacionales, desempeñando un papel relevante porque, además, conocía varios idiomas, lo que facilitaba su participación. El periódico español lamentaba que aún permanecía al margen de la Internacional Obrera Socialista, recluida en un pequeño grupo de partidarios suyos. El libro solamente había aparecido hasta el momento en alemán, pero era vivamente recomendado por los socialistas españoles.

La reseña se publicó en el número 5825 de El Socialista, del día 9 de octubre de 1927. En la hemeroteca de El Obrero el amable lector encontrará el otro artículo que hemos dedicado a esta mujer, sin lugar a dudas, excepcional.

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