Los socialistas españoles y el republicanismo en el siglo XIX
El Partido Socialista Obrero Español desarrolló desde sus inicios una nítida línea obrerista de enfrentamiento con lo que en el momento fueron denominados “partidos avanzados”, es decir los partidos republicanos, porque los socialistas consideraban que, independientemente de su progresismo, representaban a una parte de la burguesía, por lo que, bajo el principio de la lucha de clases se hacía inviable acercamiento alguno y, mucho menos, colaboración política y electoral. Cuando se alcanzó el sufragio universal se realizó un intenso esfuerzo para intentar demostrar a los trabajadores que no se encontrarían representados por los partidos republicanos, y que la única opción posible era la socialista. En todo caso, el PSOE no consiguió buenos resultados electorales, no sólo por esa competencia republicana, sino también por el desarrollado apoliticismo obrero español, y porque no debemos olvidar nunca que el sistema electoral del turnismo político era un entramado basado en el fraude de casi imposible destrucción por el momento.
Pero, no cabe duda de que en el seno del Partido Socialista surgieron personajes y tendencias más favorables al acuerdo o a un acercamiento a los republicanos. En el Congreso de 1899 se abrió la puerta a la colaboración con “partidos avanzados” cuando la democracia estuviera en peligro. Pero, también es cierto que la última palabra la tendría siempre el Comité Nacional, y se advertía que ninguna Agrupación Socialista podía decidir por su cuenta colaboración alguna con los “partidos burgueses”. Pablo Iglesias fue inflexible en esta cuestión, demostrándolo en varias ocasiones, por mucho que algunos personajes como Jaime Vera, Juan José Morato, entre otros, o algunas Agrupaciones pidiesen, en distintos momentos, la colaboración con los republicanos.
No debemos tampoco olvidar que esta postura de Iglesias tenía que ver también con los principios que había establecido la Segunda Internacional, especialmente en el Congreso de Ámsterdam de 1904.
Esta posición se mantuvo hasta el mismo momento en el que se produjo la crisis política nacional provocada por la Semana Trágica. Por fin, es importante destacar que el socialismo español, en esta misma línea, no defendió nunca el principio republicano “per se”, frente al monárquico. En estas primeras épocas se publicaron muchos artículos en El Socialista demostrando que, en ocasiones, los trabajadores podían llegar a disfrutar de más derechos y ventajas socio-laborales en Monarquías como la británica que en Repúblicas como la francesa o la norteamericana. Era evidente que el PSOE era republicano, y combatió con denuedo a la Monarquía borbónica, pero era defensor de un modelo de República social, no como la entendían los republicanos, como un simple cambio de sistema político para que se mantuviera las mismas relaciones sociales de producción.