El artículo del periodista y político republicano Carlos Esplá en los años cuarenta, titulado “El Plan Berveridge”, publicado en Mundo libre, nos ofrece mucha información sobre Beveridge y su trabajo, pilar del estado del bienestar que se puso en marcha después de la Segunda Guerra Mundial, desde su propia interpretación, un material poco conocido, que vamos a emplear en un conjunto de artículos. En esta primera pieza nos referimos al inventario -así lo denomina Esplá- de seguros sociales que tenía el país (listado elaborado por Esplá), y que el propio Beveridge consideró como muy importante, ya que, en su opinión, y siempre según nuestra fuente española, ningún país había hecho en el mundo un conjunto tan completo en el “campo del seguro social y la asistencia pública”.
Estos eran, según la recopilación de Esplá:
-Sistema de beneficencia parroquial basado en la legislación de pobres de la época preindustrial, especialmente por la Ley de Pobres de la reina Isabel I.
-Seguro contra accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
-Seguro nacional contra el paro obrero, “con excepciones y anomalías en la aplicación de subsidios.
-Seguro nacional contra enfermedades, “incompleto y de limitado campo de acción”.
-Seguro nacional de pensiones para la vejez, viudedad y orfandad. -Régimen de pensiones de jubilación para funcionarios públicos y otras profesiones.
-Sistema de pensiones para ancianos necesitados, fuera del régimen de seguros.
-Sistema de protección a la infancia mediante la entrega gratuita o a bajo precio de algunos alimentos y ropa.
-Sistema de protección de la maternidad. -Sistema de protección a la niñez a través de comedores sociales, colonias, etc.
-Sistema de protección a los ciegos.
-Sistema particular de servicio médico asegurado mediante las mutualidades médicas, las Sociedades de Socorros Mutuos y los Montepíos de las Trade Unions.
-Sistema de seguro de hospitalización mediante iguala, con hospitales públicos o privados, directamente o a través de las mutualidades y montepíos descritos o de agencias particulares.
-Sistema de seguro para gastos de entierro a través de las mismas entidades.
-Sistema de seguro popular vida, muy extendido entre la clase obrera, a cargo de las mismas entidades y especialmente a través de las Industrial Life Office, agencias privadas, sometidas a la inspección del Estado.
-Sistema de asistencia local, pública y privada, instituciones benéficas, etc.
Por otro lado, Esplá se demoró en explicar que eran los seguros de vida en el Reino Unido. Al parecer, eran, como exponía en el listado, muy populares, y la clientela habitual se encontraba entre los obreros industriales. Se pagaba una modesta prima de forma semanal que daba derecho a una cantidad, también calificada de modesta, para la persona beneficiaria a la hora del fallecimiento del asegurado. El seguro se solía destinar para pagar los gastos de entierro. Pero también había otras modalidades de pólizas de seguro, y que se hacían efectivas al transcurrir un tiempo. En este capítulo se encontraban los seguros realizados a los hijos para que pudieran recibir una cantidad cuando cumpliesen una determinada edad para costear estudios o poder casarse, principalmente. Al parecer, ninguna póliza podía superar las 300 libras, y las destinadas a los entierros no solían exceder el coste de los mismos. Esplá explicaba que las Agencias se federaban, y había catorce que eran muy fuertes; en concreto, la “Prudential” era una de las grandes sociedades financieras del Imperio británico. En los Comunes había diputados que eran directores o agentes de estas Sociedades de seguros, lo que demostraba el poder de las mismas. Pero nuestro periodista veía inconvenientes en estos seguros. En primer lugar, informaba que tenían muchos gastos de administración, debido al ingente personal que tenían estas Sociedades entre agentes aseguradores y recaudadores. Y el otro inconveniente era que muchas pólizas prescribían por distintas causas.
Seguiremos trabajando con Esplá y el plan de Beveridge.
Nuestra fuente puede consultarse en la red.