La posición de la CNT en las elecciones durante la Segunda República constituye un factor a tener en cuenta a la hora de explicar los resultados de las mismas. La participación y la abstención de sus militantes y simpatizantes ayudan a entender, en parte, las victorias y las derrotas de las izquierdas, aunque no solamente, ya que hay más condicionantes, pero los anarcosindicalistas eran un porcentaje muy alto de la población en determinadas regiones. La participación ayudó en los comicios municipales que trajeron el nuevo régimen en abril de 1931, y también en la victoria de las izquierdas en las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de ese mismo año. Pero la abstención fue clave, además de la desunión, para explicar la grave derrota de las izquierdas en el otoño de 1933 y, por fin, la nueva movilización ayudaría considerablemente a la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, estando la CNT siempre fuera de cualquier acuerdo, conjunción o coalición, dado su genuino apoliticismo. Las estrategias de la primera organización sindical de España, así como el comportamiento individual de los anarcosindicalistas no son, por lo tanto, cuestiones secundarias cuando se hace la Historia electoral de este intenso período histórico.