El origen del movimiento obrero en Puerto Rico debe encuadrarse en un contexto interno, pero también externo. Durante el siglo XIX se consolidaron sociedades formadas por trabajadores de la caña, tipógrafos, trabajadores de los muelles, albañiles, cocheros, etc. Estas sociedades fueron toleradas por el gobierno español porque eran de socorros mutuos, es decir, se habían constituido para atender los riesgos de la vida de sus asociados, al igual que se hacía en la metrópoli. En este grupo estarían los denominados casinos o círculos de artesanos. También hay que aludir a un activo movimiento cooperativo de panaderos, carpinteros y albañiles.