Las Juventudes Socialistas españolas decidieron en mayo de 1924 (en ese momento, Regino González era el secretario y Cayetano Redondo el presidente del Comité Nacional) que había que movilizarse al servicio del Partido Socialista, justo en un momento que se consideraba propicio para que los jóvenes socialistas se empeñasen en prepararse para el futuro cuando se normalizase la vida constitucional, porque, como bien sabemos, hacía unos meses que se vivía en Dictadura, la de Miguel Primo de Rivera, pero también porque acababa de aprobarse el Estatuto Municipal, y en ese sentido, ya podían votar algunas mujeres si cumplían algunos requisitos, especialmente las solteras. En todo caso, como bien sabemos, la normalización de la vida política tardó bastante tiempo, y un poco más que las mujeres tuvieran ya garantizado su derecho al sufragio.