Notas de arte asturiano

Historia

Las manifestaciones artísticas del reino astur tomaron como base la tradición romana, al igual que habían hecho los visigodos, pero, a diferencia de éstos, desarrollaron un arte más consolidado. En el arte astur se levantaron edificios para residencia real y otros religiosos, aunque con unas características arquitectónicas muy parecidas.

 

Los dos edificios más representativos son Santa María del Naranco, mandado construir como residencia real y la iglesia de San Miguel de Lillo, que constituyen el conjunto palaciego del rey Ramiro I. En estas dos edificaciones se pueden estudiar perfectamente los elementos de la arquitectura astur. Los edificios son de planta basilical con cabecera tripartita o con un solo ábside, aunque siempre rectangular por dentro y por fuera. Son construcciones de elevada altura. Se emplearon materiales pobres condicionados por la zona y la época, generalmente de mampostería, es decir, obra de piedra sin labrar o con un trabajo muy tosco, aparejado de forma irregular. La cantería se reservaría para las partes más nobles. En el capítulo de elementos sustentantes se emplean pilares o columnas agrupadas de cuatro en cuatro y con los fustes sogueados. Por su parte, hay arcos de medio punto con peralte marcado. Recordemos que el peralte es la altura que en un arco o bóveda sobrepasa la semiluz (la luz es la anchura máxima del arco o bóveda). En relación con las cubiertas, se cuenta con bóvedas de cañón, reforzadas con arcos fajones (arcos dispuestos transversalmente al eje de la nave, que ciñen la bóveda) y contrarrestadas al exterior por los contrafuertes, solución que adoptará el Románico. Los contrafuertes o refuerzos verticales que se levantan pegados al muro del edificio para hacerlo más resistente ante la carga de la cubierta suelen ser de cierta altura. Recogerían los empujes de la bóveda. Los muros se refuerzan con arcos ciegos. La ornamentación interior sería a base de pinturas murales y roleos decorativos en las enjutas de los arcos. Los roleos son un tipo de decoración a base de motivos enrollados, de volutas o cilindros.

En este arte no contamos con escultura de bulto redondo, aunque sí hay relieves de poca profundidad. Destacan los capitales de Santa María del Naranco o la jamba de San Miguel de Lillo. Contrasta el ingenuo tratamiento de la figura humana frente al tratamiento más elaborado de las formas geométricas y vegetales. Otros edificios importantes son las iglesias de San Salvador de Valdediós, Santa Cristina de Pola de Lena y Santullano de los Prados.

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