l intercambio internacional de escolares y de estudiantes es, en cierta medida, conocido, en la Historia, como un medio para complementar la educación de aquellos alumnos que marchan durante un tiempo a otro país, y que en Europa terminó por cristalizar, a gran escala, ya en nuestro tiempo, a través del programa Erasmus, pero que tiene y ha tenido muchas otras posibilidades. Pero aquí vamos a aludir a otro intercambio internacional, también de gente joven, pero no de escolares o universitarios, sino de trabajadores, según la iniciativa francesa, y a finales de los años veinte.