En distintos trabajos nos hemos acercado a las complejas relaciones entre el socialismo español y la masonería, especialmente en los inicios del PSOE cuando desde las páginas de El Socialista se criticaba a una organización considerada como obsoleta, asociándola, además a los republicanos con los que los socialistas de las primeras décadas tuvieron un evidente enfrentamiento, ya que pertenecería a la burguesía, por muy progresista que se presentasen. Llevamos tiempo defendiendo que la crítica a la masonería de una parte del socialismo español tiene que ver con este asunto, como luego debería vincularse, a la radicalización de parte del Partido y su acercamiento al comunismo con la llegada del centro-derecha al poder en la Segunda República, habida cuenta de la masofobia de la III Internacional. En todo caso, tanto el PSOE, como la UGT, contaron con muchos miembros de la masonería, y el socialismo español no desarrolló nunca una aversión hacia la misma, dando plena libertad para pertenecer a la misma.