El ingreso de los ebanistas de Madrid en la UGT (1923)
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En el salón grande de la madrileña Casa del Pueblo se reunió a finales de noviembre de 1923 la Sociedad de Ebanistas y Similares, celebrando dos reuniones o juntas.
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En el salón grande de la madrileña Casa del Pueblo se reunió a finales de noviembre de 1923 la Sociedad de Ebanistas y Similares, celebrando dos reuniones o juntas.
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La cuestión de los intelectuales y el PSOE suscitó cierto debate que recogieron las páginas de El Socialista. En un primer momento, siguiendo muy rigurosamente el obrerismo inicial del Partido, el intelectual no era una figura muy valorada positivamente. En esos inicios, el socialismo español estaba formado por una gran mayoría de obreros autodidactas, aunque con una clara conciencia de clase, muy activos, que defendían que la clase trabajadora debía ser la protagonista de su emancipación, alejándose de las fuerzas republicanas progresistas, que habían fracasado en el Sexenio Democrático y que, sobre todo, a fin de cuentas, estaban formadas por miembros de la burguesía. Ese obrerismo, por lo tanto, no veía con buenos ojos a los intelectuales, que dedicaban, como apunta Javier Paniagua, mucho tiempo a estudiar, pensar, analizar y publicar. Para poder estudiar en la España de fines del siglo XIX había que disponer de unos medios de los que carecían los trabajadores, por lo que los intelectuales eran asociados a la burguesía, aunque defendiesen ideas muy radicales. Esos intelectuales no podían entender, en el pensamiento de estos obreros cualificados, lo que era la vida en un taller o una fábrica. En todo caso, intelectuales tuvo el PSOE en sus primeras horas, y avanzando el siglo XX llegarían figuras de renombre en varias generaciones. En ese contexto nos acercamos al caso que aquí nos ocupa.