Notas de leninismo

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Las ideas principales de Lenin se encuentran en dos obras, El imperialismo, estadio supremo del capitalismo (1916), y El Estado y la Revolución (1917). Lenin realizó una adaptación del marxismo a la realidad que le tocó vivir en Rusia. Las ideas de Marx se habrían elaborado en unas circunstancias históricas concretas que eran las de la Europa occidental de la primera Revolución Industrial, donde eran más determinantes los aspectos industriales que los financieros en la economía. En la obra del imperialismo Lenin consideraba que el capitalismo había pasado de una etapa casi exclusivamente industrial a otra financiera, por lo que a la lucha de clases se habría añadido la lucha política entre los Estados por las materias primas, las colonias y el mercado. Si Marx había planteado las contradicciones del capitalismo en su época, Lenin lo hacía en la suya, en la del triunfo de la Segunda Revolución Industrial, la de la escala mundial. Por eso, pensó que debía modificar algunas de las teorías del primero.

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Volney Conde-Pelayo y el marxismo en España (II)

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Una vez que Conde-Pelayo expuso en la columna de El Socialista (era el prólogo de su libro, realmente) la bibliografía sobre el marxismo en España, se pasó a explicar algunas cuestiones relativas a lo que había pretendido con su libro Artículos marxistas: vida y teorías de Marx.

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Volney Conde-Pelayo y el marxismo en España (I)

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Volney Conde-Pelayo publicó en 1931 el libro, Artículos marxistas: vida y teorías de Marx. Volney Conde-Pelayo Urraza (1889-1972) fue hijo del conocido como médico de los pobres de Portugalete. Ganó la plaza de bibliotecario de la Biblioteca Municipal de Bilbao, en cuya Agrupación Socialista ingresaría. En la guerra tuvo responsabilidades en relación con los Archivos, Bibliotecas y Bellas Artes en Euskadi, siendo perseguido y encerrado en distintos campos de concentración al terminar la guerra. Conde-Pelayo contribuyó con artículos en El Socialista. En El Obrero hemos estudiado algunos de estos artículos y opiniones. Pues bien, es nuestro propósito, en varias entregas, aportar algunas cuestiones sobre la contribución de este bibliotecario socialista vasco a la difusión del marxismo en España.Conde-Pelayo siempre escribió artículos largos y sesudos sobre lo que le interesaba, y sobre su libro hizo lo propio en noviembre de 1929 en las páginas de El Socialista. No nos hemos podido sustraer a sus escritos, y en esta primera entrega vamos a publicar su aportación a la historia de la difusión de las obras de Marx en España hasta fines de los años veinte, con el fin de contribuir al conocimiento de esta materia para los interesados, a pesar de que es un tema que ya se ha tratado por la historiografía, como hemos resumido al final del artículo.

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La polémica entre marxismo y anarquismo sobre la Comuna

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La Comuna de París generó desde el primer momento una evidente polémica en el seno de la izquierda. En principio, podemos decir que hubo cierta unanimidad entre los pensadores del movimiento obrero en considerar que se estaba ante una experiencia de gobierno al margen de la que había establecido la burguesía después de haber destruido el Estado del Antiguo Régimen al finalizar el ciclo revolucionario en 1848-49. Pero, ¿estaríamos ante un gobierno obrero o era, en cambio, revolucionario popular?

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Fabra i Ribas y la Comuna de París en marzo de 1921

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Cuando llega el mes de marzo recordamos siempre las celebraciones que el socialismo español realizó año tras año de la Comuna de París, y que podemos consultar en la Hemeroteca Digital de este periódico de El Obrero.

El 18 de marzo de 1921 tuvo lugar un acto de homenaje en la madrileña Casa del Pueblo. Allí hablaron Francisco Mora, Manuel Cordero Julián Besteiro, Antonio Fabra i Riba, y cerró el acto Francisco Largo Caballero. Este año nos fijamos en el socialista catalán.

Fabra i Ribas planteó su intervención sobre la idea de que la Comuna había sido la primera vez que el proletariado había ejercido su dictadura. Pero, además, dicho movimiento sería de carácter socialista por las siguientes medidas que se tomaron: inventario (debe referirse a intervención) de los talleres abandonados, abolición del trabajo nocturno en la panadería, autonomía municipal, y supresión del ejército y del funcionariado.

La dictadura del proletariado, ejercida por los sublevados, había sido, en opinión de nuestro protagonista, de carácter democrático. En este sentido, los nuevos funcionarios habían sido nombrados por el pueblo por medio del sufragio universal. Fabra citaba a Marx al afirmar que la forma de gobierno de la Comuna tuvo un carácter expansivo, mientras que las formas anteriores habrían sido, esencialmente, “represivas”, en alusión, en nuestra opinión, al carácter moderno que suponía el movimiento obrero en relación con las protestas o revueltas producidas antes, porque la Comuna suponía un gobierno de la clase obrera.

El fracaso de la Comuna, por su parte, se habría debido a la falta de organización del proletariado y al escaso desarrollo de su conciencia de clase, una explicación, como vemos, en clave marxista.

Fabra i Ribas se detuvo en su charla en la cuestión de la dictadura del proletariado porque se estaba en el momento final del debate en el seno del socialismo español en relación con la aceptación o no de las condiciones de la Tercera Internacional. Para el socialista catalán la dictadura del proletariado no podía ser ejercida mas que por un régimen de mayorías, ya que la experiencia histórica demostraba que toda oligarquía, toda dictadura de la minoría, se convertía en abuso, en tiranía a favor de los intereses y las concepciones particulares, un argumento que se había empleado, entre varios, precisamente, para no aceptar las condiciones comunistas, por parte de sus detractores en el seno del PSOE. El propio Fabra aludía a que la Revolución rusa no podía se considerada como el “patrimonio de una fracción socialista”. La dictadura ejercida por un partido sería antimarxista. Y, en este sentido, llegó a leer textos de Rosa Luxemburgo donde rebatía a Lenin. Para el orador la revolución socialista se distinguía de las demás en que se practicaba en nombre de la mayoría y en provecho de todos frente a las revoluciones burguesas, que eran de minorías.

El marxismo sería, al final de la charla de Fabra i Ribas, la “tabla de salvación del proletariado”.

Nuestra fuente ha sido el número 3777 de El Socialista, de 19 de marzo de 1921.

 
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