Las minas de la localidad granadina de Alquife eran y siguen siendo importantes porque son las mayores a cielo abierto de hierro en Europa. En realidad, estas minas están no sólo en el término municipal de Alquife, sino también en los de Aldeire, Jérez del Marquesado y Lanteira. Tienen una larga historia que se remonta a la Edad de Bronce, aunque la explotación como tal comenzó en la época omeya, y sobre todo, se desarrollan en la época nazarí. La explotación de las minas pasaría con los Reyes Católicos a Pedro González de Mendoza, al serle concedido en 1490 el señorío de varias alquerías y el monopolio de explotación de las minas de hierro, terminando integrándose en el ducado del Infantado.