El incremento de las becas

Política

Acaba de aprobarse el Real Decreto de Becas en el último Consejo de Ministros. La gran novedad es que supone un claro incremento de la cuantía de las mismas, de hasta el 22%, como unos 386 millones de euros más, algo que se había prometido en la primavera y llega ahora con esta disposición. Se trata del aumento mayor en una década, después de tantos recortes y austericidios que han padecido las becas. Supone que más alumnos universitarios y no universitarios podrán obtener estas ayudas para estudiar. Es, por lo tanto, una gran noticia, aunque siempre queramos más, pero se rompe esa tendencia a cortar de la Administración del Partido Popular.

 

Otra cuestión que debemos comentar es la relacionada con los requisitos para obtener una beca, seguramente lo que más debate genera en esta materia entre las concepciones de izquierda y derecha sobre la educación, aunque la económica también lo genere. Al parecer, en el Real Decreto se introducen cambios para poder acceder a una beca. Ahora se primarán más las circunstancias socioeconómicas de los estudiantes. La nota de acceso será de un cinco en las becas no universitarias, y también se cambia el umbral de cuantía de la renta para que puedan acceder más familias, es decir, las que tienen menos ingresos. También se introducen cambios en las becas universitarias con el aumento en la cuantía fija y el refuerzo de personas con diversidad funcional, llegando a cubrirse el total anual para alumnos con discapacidad de la UNED. Además, se incluye en este grupo a los alumnos TEA.

La derecha siempre ha considerado más los expedientes académicos de los alumnos para la concesión de becas frente al criterio socioeconómico. En principio, no parece un mal criterio. Quien más aproveche que se beneficie de las ayudas. Pero la realidad es más compleja, tiene más facetas. Es cierto que hay alumnos que sufren condiciones sociales complicada, pero que estudian mucho y sacan buenas notas en los niveles no universitarios, pero todos sabemos que no es muy común. Los alumnos en familias desestructuradas, o con dificultades económicas, y más con lo que está ocurriendo, tienen serias dificultades para aprovechar sus estudios en los Colegios e Institutos. La presión es muy grande y es obligación del Estado si quiere ser de Bienestar y fomentar la igualdad intentar que estos alumnos, muchos más en el próximo curso, puedan estudiar sin esos agobios. Si, además, se quiere acceder a la Universidad el problema se agrava con el coste de los créditos. Es fundamental aprovechar el tiempo, estudiar, aprender y sí, sacar buenas notas, pero las que sean para cada situación personal, porque tan buena nota es un cinco como un diez, en función de la situación de un alumno, porque no todos parten de la misma línea de salida; es más hasta suspender puede ser un progreso si se parte de un rendimiento muy bajo. Pero para ello hay que gastar el dinero en quienes no pueden acceder a libros, materiales didácticos, equipos informáticos (cada día más necesarios y más si sigue la pandemia), o porque padezcan problemas en sus propias casas para llegar a fin de mes, porque la educación es un camino para construir proyectos de vida, para saber, para valorar la ciencia y las humanidades, pero también, no nos olvidemos, constituye un factor clave en la lucha contra esas desigualdades que la crisis anterior aumentó, como lo está ya haciendo esta de la pandemia. Toda política en favor de la igualdad, bienvenida sea. Los alumnos y alumnas de este país tienen ese derecho.

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