“España, pues, ante todo y sobre todo. Una España auténtica, fiel a su historia y a su propia imagen: una e indivisible. De aquí la primera tarea de nuestro programa de acción: defensa a vida o muerte y exaltación frenética de la unidad española que la Monarquía y el pueblo labraron juntos a lo largo de quince siglos(...) el hecho católico fue el factor decisivo y determinante en la formación de nuestra nacionalidad... Creemos caducado el sistema político que, nacido con la Revolución Francesa sirve de soporte a las actuales instituciones y, como Cánovas predijera, nos arrastra al comunismo, El futuro Estado ha de fundarse sobre el deber tanto como sobre el derecho. Los derechos inherentes a la personalidad humana han de ser reconocidos y garantizados por el Estado, (...). Su mejor garantía será la organización de un Estado fuerte (...). Queremos un. Estado integrador que, (...) imponga su peculiar autoridad sobre todas las clases, sean sociales o económicas. La era ruinosa de la lucha de clases está tocando a su fin. Os proponemos, por tanto, españoles, la constitución de un Bloque Nacional que tenga por objetivo la conquista del Estado (...)
8 de diciembre de 1934”