Ciencia y trabajo en el presente y futuro: reflexionando con H.G. Wells
H. G. Wells tiene un texto (“El mensaje de las ciencias físicas”), sumamente sugerente, sobre la ciencia y el trabajo en relación con el futuro al que no nos hemos podido resistir con el fin de sacar algún provecho para nuestro presente y también para nuestro futuro.
Wells ironizaba sobre la máxima de que el trabajo era una dicha porque afirmaba que jamás dicha alguna se había disfrazado mejor, además de que los defensores de la misma no titubeaban, sin embargo, en afirmar el triunfo de la ociosidad en el paraíso. Era evidente que era muy diferente el trabajo si se consideraba como una tarea o faena inevitable para vivir que el que se realizaba por gusto, recordando, por ejemplo, que la producción artística, si se hacía por gusto, no podía calificarse de labor. Wells reconocía que mientras la existencia casi salvaje dependió únicamente del trabajo fue vana la esperanza de que los hombres hicieran otra cosa que luchar para echar sobre los unos la mayor cantidad posible de la pretendida dicha del trabajo. Pero el avance de la ciencia en el momento en el que escribía Wells estaba abriendo la esperanza de que el trabajo rutinario se iba a hacer automáticamente, por lo que la clase trabajadora sin iniciativa personal sería inútil. Pero, fijémonos bien en lo que a continuación afirmaba el escritor.
Si los sistemas políticos y sociales se adaptasen tan bien a sus fines como una máquina, no se necesitaría de ninguna labor manual en cantidad apreciable. Ese era el mensaje que emitía la ciencia. El mundo daba más de lo necesario para que todos viviesen. Pero la ciencia permanecía detrás de sus “amos peleadores y groseros” ofreciéndoles recursos, procedimientos, remedios, “que son demasiado estúpidos para utilizar”.
Así pues, desde el punto de vista material una utopía moderna debía mostrar que aceptó estos dones, debía construir un mundo que destruyese poco a poco la obligación del trabajo, suprimiendo la última causa de la esclavitud. Pues nada, estimado y amable lector, seguimos trabajando muchísimo con altísima tecnología y aplicaciones científicas, pero ¿no se trata de que sigue habiendo “amos peleadores y groseros”?