Rodolfo Llopis y los presos políticos en el otoño de 1960
“Liberemos entre todos a los presos políticos mientras llega el momento de liberar a España”
“Liberemos entre todos a los presos políticos mientras llega el momento de liberar a España”
Uno de nuestros temas favoritos de investigación tiene que ver con el del compromiso político en la historia contemporánea, con las causas por las que determinadas personas terminan en un determinado partido político o causa, así como con las opiniones que se han ido vertiendo sobre este particular. En este caso queremos recuperar un texto de septiembre de 1930 de El Socialista sobre militantes y simpatizantes en la causa socialista donde se incluye una tipología sobre el grado de compromiso, que nos parece harto sugerente para ahondar en este particular.
El Partido Laborista Independiente británico celebraba una muy sugerente y anual escuela estival donde se discutían todo tipo de cuestiones políticas, sociales y económicas. En el celebrado en 1926 se trató por parte de Dorothy Jenson de la cuestión del “alimento de los niños”. Para la oradora el sistema vigente según el cual la familia dependía del salario de los individuos era una reliquia de la vieja creencia de que la mujer y los hijos eran propiedad del hombre.
En estos tiempos en los que se discute sobre la reducción de la jornada laboral o de cambios en la misma, y en algunos sentidos con enorme polémica, como en el reciente caso griego, recordamos un hecho acontecido en el otoño de 1923, es decir, hace cien años de cuando se escribe esta pieza para El Obrero.
Amalio del Rey Villanueva fue un funcionario de telégrafos con una larga carrera como tal. Pero, además, desarrolló un intenso compromiso social y político. Ingresaría en la Agrupación Socialista de Valladolid y al regresar a Madrid lo haría en su Agrupación en 1902. Fue secretario del Comité Nacional entre 1911 y 1912. Además, sería miembro de la Masonería. Sería baja de la Agrupación en noviembre de 1921.
Siguiendo con nuestro interés sobre la violencia asociada al movimiento obrero nos acercamos a unas breves reflexiones de uno de los socialistas franceses más importantes de la Historia, Jean Jaurès, gracias a la publicación de Vida Socialista en su número del 25 de mayo de 1912.
La cuestión de la violencia en relación con el movimiento obrero, es decir, el posible empleo de la misma en el camino de la emancipación de los trabajadores es una cuestión harto compleja, a nuestro entender. El socialismo terminó considerando que solamente se podía ejercer en muy contados momentos de la lucha final, pero, también es cierto que con el tiempo se desterró su empleo, y se condenó cuando se produjo desde otros ámbitos del movimiento obrero, especialmente entre el final del siglo XIX y el principio del siglo XX.
Como ya sabrá el lector de El Obrero, Dionisio Correas Fernández (1883-1958) fue maestro nacional, fundador de la Asociación de Maestros Laicos de Madrid y estuvo en la creación de la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza de la UGT, además de pertenecer a la Agrupación Socialista Madrileña. En la guerra civil tuvo distintas responsabilidades educativas, y fue depurado al terminar la misma. Además, perteneció a la Masonería, en la Logia Ibérica de Madrid. Nos hemos acercado a sus estudios históricos en Acción Socialista, pero, además de su vocación intelectual vinculada al movimiento obrero, también era maestro, como hemos indicado, y la preocupaban muchos los niños, en la misma línea que el socialismo español, asunto que también hemos tratado en este diario digital, y también para esta misma época de la década de los años veinte.
Coincidiendo con el comienzo del curso escolar en septiembre de 1927 el gobernador civil de Madrid, Martín Álvarez, manifestó que publicaría una disposición recordando a los padres de familia la obligación de enviar a sus hijos a las escuelas primera enseñanza. Los socialistas aplaudieron esta voluntad, que pretendía cumplir con lo estipulado por la Ley Moyano. Pero la obligación de los padres de llevar a los hijos a las escuelas imponía otra, y esta vez de la administración pública. El Estado tenía el deber de disponer de las escuelas precisas para proporcionar esa enseñanza básica. Y en ese deber del Estado debían cooperar los Ayuntamientos procurando que los locales para las escuelas primarias reuniesen las condiciones adecuadas.
Salvador Gascó Venán fue uno de los fundadores del socialismo valenciano. Tipógrafo de profesión, en la mejor tradición socialista, participaría en la creación de la Agrupación Socialista de Valencia en 1886 y de la de Xátiva en 1887, siendo elegido secretario de su primer comité. Además, fue también unos de los fundadores del Círculo Socialista de Valencia en 1888.
La Dictadura de Primo de Rivera supuso el primer ejercicio práctico de populismo en nuestro país, como nos ha demostrado recientemente Alejandro Quiroga en su biografía, Miguel Primo de Rivera. Dictadura, populismo y nación, editada por Crítica. El populismo tiene como una de sus argumentaciones básicas la supuesta maldad de la política y de los políticos que solamente buscarían su propio beneficio en detrimento del pueblo, un discurso que se aplicó a la crisis del régimen constitucional de la Restauración, presentando como una solución la alternativa autoritaria, con el lema conocido de menos política y más administración.
En distintas ocasiones hemos estudiado las relaciones de los médicos con el socialismo español, tanto en cuanto al Partido Socialista como hacia la UGT, especialmente en los momentos iniciales de la Segunda República. Queremos seguir insistiendo en esta cuestión, y para ello viajamos a 1929, es decir, a una fecha cercana a la de nuestros anteriores estudios, y a Zaragoza para conocer las reflexiones de José Lorente Laventana, un joven médico de la Beneficencia municipal y de la Mutualidad obrera de la capital aragonesa, y que en enero de 1929 ingresó en la Agrupación Socialista de Zaragoza. En un especial que dedicó El Socialista al movimiento obrero aragonés publicó un artículo sobre el por qué los médicos se hacían socialistas.
En este trabajo abordamos las líneas generales de la etapa histórica central del siglo XIX francés, es decir, del Segundo Imperio.
En 1926, Le Moniteur Médical, un periódico profesional de médicos de la capital francesa, protestó contra la tendencia a que la clase obrera tenía de hacer huelga cuando, a su juicio, había obtenido el máximo de sus reivindicaciones con salarios, supuestamente, muy superiores a los de los funcionarios públicos y de los particulares y con menos horas de trabajo.
Aunque Mussolini mantuvo las instituciones parlamentarias del Estado italiano hasta 1925, en realidad no funcionaban como tal desde que en 1924 tuviera lugar el asesinato de Matteotti y se produjera el abandono del Parlamento por parte de la oposición, un hecho que para algunos fue un error político porque podría haber permitido sobrevivir a Mussolini cuando crecía la contestación contra él. Lo que está claro es que fue un momento crítico para la supervivencia del régimen fascista porque no estaba claro si el rey terminaría por enfrentarse al dictador. Algunos empresarios y políticos querían que el monarca despidiese a Mussolini, pero Víctor Manuel III temía más a una posible revolución social y no da ningún paso. Mussolini puede estar tranquilo. Entre 1924 y 1925 se produce la desaparición de los partidos políticos, la prensa es atornillada, se queman libros considerados subversivos en algunas plazas y calles, se maltrata y asesina a personajes considerados enemigos y comienza el exilio de muchos opositores hacia Francia.
Julián Besteiro se preocupó en distintas ocasiones por el problema de la vivienda. En noviembre de 1919 dio una conferencia en la Casa del Pueblo, a instancia de la Sociedad de Profesiones y Oficios varios, y que hemos estudiado, donde se centró en la cuestión de la especulación urbanística, así como por una legislación no favorable a los inquilinos, abogando por la planificación urbanística, y por la intervención pública para hacer viviendas de alquiler, además de defender la necesidad de que la clase obrera se asociase con la clase media para buscar soluciones y presionar. También sabemos que había dado una conferencia en el Ayuntamiento de Madrid. Pues bien, en marzo de 1923, publicó en El Imparcial (y también en El Socialista) un extenso artículo donde profundizaba en la cuestión, y que rescatamos en la presente pieza.
Mariano Díaz Bautista fue un destacado sindicalista y socialista de La Carolina, uno de los centros más importantes del movimiento obrero de Jaén. Fue concejal en distintas ocasiones del Ayuntamiento, además de alcalde en tiempos de la guerra civil.
La Asociación General de Mujeres Alemanas (ADF) fue la primera organización de signo feminista en Alemania. Se fundó en octubre de 1865 por Louise Otto-Peters y Auguste Schmidt, en Leipzig. Su objetivo fundamental era conseguir el reconocimiento del derecho de las mujeres a la igualdad en la educación, y en el mercado laboral. Su creación impulsaría que se crearan asociaciones locales. En 1920 cambiaría su nombre a Asociación Alemana de Ciudadanas.
En el año de su muerte, Pablo Iglesias publicó un artículo en La Libertad, que luego reprodujo El Socialista al terminar el mes de septiembre de 1925 sobre donde debían militar los “hombres progresivos”. Siguiendo nuestro interés sobre el compromiso político en la historia y, muy especialmente, en el ámbito socialista, queremos acercarnos a este texto.
En distintos trabajos anteriores hemos estudiado la figura de Regino González en la historia del cooperativismo en el seno del socialismo español, y también hemos explicado la concepción que el socialismo tenía del cooperativismo. En esta nueva aportación veremos las ideas que González vertió en septiembre de 1926 en las páginas de El Socialista sobre cooperativismo y política, sobre la concepción que el socialismo tenía de esta práctica.
Francisco Largo Caballero realizó una defensa del establecimiento del salario mínimo legal en las páginas del Heraldo de Madrid, que luego, por su importancia, recogió El Socialista, en el mes de enero de 1925. Esta pieza rescata este texto.
En el contexto de la primera vez que el laborismo llegó al poder en el Reino Unido, y de la victoria también de la socialdemocracia danesa, Francisco Largo Caballero publicó un artículo en el Heraldo de Madrid, luego reproducido en El Socialista, donde plasmó unas observaciones sobre el socialismo en ese momento histórico. Estaríamos en el año 1924.
A Joaquín Mencos hemos recurrido muchas veces en El Obrero, destacado abogado y masón, sindicalista ugetista entre los abogados, y socialista en Madrid. Mencos escribió sobre muchas cuestiones vinculadas al socialismo en los años veinte y treinta, y muy especialmente en El Socialista. Hoy queremos saber su opinión sobre la viabilidad del socialismo, a través de una columna suya del mes de enero de 1925 en el periódico socialista.
La cuestión de la colaboración entre las izquierdas no puede tener más actualidad, y lo viene siendo desde que hace unos años cambió de forma significativa el panorama político español con la crisis del bipartidismo. En el seno de las izquierdas se viene discutiendo mucho sobre cómo colaborar, con quienes, y de que manera formar mayorías más o menos estables frente a la derecha, o más bien, las derechas, donde, aunque de forma menos desarrollada, también parece que hay cierto debate sobre sus propias colaboraciones.
Enric Pérez nació en Lleida en el año 1885. Pérez fue comandante y mantuvo contactos con la CNT y grupos republicanos. En 1930 intentó conspirar contra el Gobierno Berenguer. Cuando llegó la República, Francesc Macià le hizo jefe de los mossos d’esquadra.
En los sucesos de la Revolución de Octubre de 1934 defendió el palacio de la Generalitat, a las órdenes de Companys. Pérez se negó a acudir a Capitanía cuando fue requerido. Estos hechos le acarrearon una condena a muerte pero el presidente Alcalá-Zamora le indultó. Al producirse el golpe del 18 de julio de 1936 luchó contra los militares sublevados y se hizo asesor militar de la Columna Durruti. En el exilio intentó organizar una unidad de combatientes catalanes para luchar a favor de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.
Falleció en México en el año 1949.