Aspectos poco conocidos de la formación en la Escuela Nueva
Continuando nuestra preocupación por la Escuela Nueva, el proyecto formativo del socialismo español de las primeras décadas del siglo XX, queremos hacer referencia a algunos de los aspectos menos conocidos de su labor, al menos hasta 1918. Los conferenciantes y profesores en este ámbito fueron personajes fundamentales de la cultura española.
En el ámbito de la cultura general la Escuela desarrolló cursos y conferencias en Ciencias sobre Química del Fuego, Mecánica elemental, la enseñanza de las Ciencias Naturales con Odón de Buen, figura científica de primera magnitud, la Prehistoria, la profilaxis de la difteria, conocimiento de la Guinea española con el doctor Pittaluga, otro personaje clave, y al que nos hemos acercado en El Obrero, etc.
La Literatura fue otra preocupación en este ámbito de la cultura general, tanto a través de cursos y conferencias donde A. Ovejero desarrolló un gran papel, pero también con lecturas de los Hermanos Álvarez Quintero y otros escritores. Núñez de Arenas, Américo Castro y García Morente desarrollaron un interesante curso en homenaje a la figura de Diderot. Cossío aportó sus inmensos conocimientos en sendas conferencias sobre la escuela y sobre Rousseau. La Escuela Nueva se involucró en el intento de que se suprimiese el estudio del catecismo en las escuelas.
En Arte se impartieron cursos sobre Historia del trabajo artístico, el estudio de los escultores contemporáneos, la pintura francesa contemporánea, la relación entre el Arte y la Revolución, Goya, el Museo de Artes Industriales y se realizaron visitas artísticas. Los protagonistas fueron A. Ovejero, Juan de la Encina, y Pedro Salinas, entre otros. Por fin, se impartió un curso de Derecho sobre la Constitución de 1876, en vigor en ese momento, y otro sobre Tribunales industriales. La Escuela colaboró con la Escuela Societaria en cursos sobre la legislación social. Hubo un ámbito específico sobre “enseñanza femenina”, en terminología de la época, en relación con cursos “elementales”, “escuela doméstica” y trabajo profesional de la mujer. En esta cuestión del género, como vemos, continuaba la ambivalencia entre la necesidad de fomentar la formación de las mujeres, tan deficiente en esa época, y un cierto paternalismo, en línea con lo que se debatía en el seno del socialismo español en aquel tiempo.
Hemos consultado la memoria que el secretario de la Escuela, Martínez Ponce, presentó para el Congreso del PSOE de 1918, y que podemos consultar en el número 3376 del periódico socialista.
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