Dificultades para poner en marcha sociedades obreras: el caso de los canteros y carpinteros de Lugo (1900)
A pesar de la aprobación de la Ley de Asociaciones, gracias al impulso del reformismo de Sagasta, conseguir inscribir y legalizar una sociedad obrera no fue siempre fácil en la España de fines del siglo XIX. No era infrecuente que algunas autoridades provinciales pusieran muchas pegas, o dilataran los procesos, generando no pocas protestas, denuncias públicas en la prensa obrera e intervenciones para conseguir agilizar procesos y superar obstáculos administrativos que, generalmente, encubrían razones derivadas del intento de frenar o poner impedimentos al desarrollo del asociacionismo obrero.
En este breve apunte contamos un caso en la Galicia del año 1900.
Las Sociedades de Canteros y Carpinteros de Lugo tardaron seis meses para que fueran aprobados sus respectivos reglamentos. La Agrupación Socialista de A Coruña tuvo que intervenir para conseguir la aprobación final porque, como vemos, el proceso se dilataba. Manuel Álvarez, que era natural de Lugo, y que fue uno de los fundadores de la Agrupación Socialista de A Coruña fue el personaje que terminó gestionando los reglamentos. Álvarez, con una comisión de ambas Sociedades, se dirigió al Gobierno Civil. Se entrevistaron con el propio gobernador civil recriminándole la situación porque vulneraba la legislación sobre asociacionismo. No debió tomárselo muy bien la autoridad provincial, llegando a amenazar a los trabajadores. Pero también es cierto que prometió que en un breve plazo se despacharía el asunto, promesa que cumplió.
Hemos consultado el número 743 de El Socialista del 1 de junio de 1900. También hemos trabajado con el Diccionario Biográfico del Socialismo Español.
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