La salud de los soldados en Marruecos en septiembre de 1921

Historia

En alguna ocasión nos hemos referido a los problemas de salud derivados de la Guerra de Marruecos y su repercusión en España, especialmente en 1913, y que el lector interesado puede consultar en la hemeroteca de El Obrero. En este nuevo momento regresamos a esta cuestión en septiembre de 1921, unas semanas después, precisamente del Desastre de Annual, ahora, cuando escribimos, hace cien años.

 

El Socialista denunciaba este hecho en su número del 7 de septiembre de ese año de 1921, donde se explicaba que el ministro de la Gobernación había dirigido una real orden al de la Guerra notificándole que en el interior de Marruecos había tifus y en Argelia peste bubónica, por lo que recomendaba que se adoptasen las medidas necesarias para evitar su propagación entre la población melillense y el ejército. Además, la real orden señalaba que si no bastaban para ese servicio los elementos de Sanidad de que disponía en Marruecos el alto comisario se le facilitarían por el ministro de la Gobernación aquellos medios que necesitara.

Los socialistas consideraban que lo que exponía esta real orden tendría limitada su gravedad si se tratase de un hecho inesperado, pero, en realidad, lo que decía la real orden caía sobre una situación ya complicada y descuidada.

Al respecto, se aludía a lo que exponía La Época (diario conservador) sobre la salud de la tropa, en lo concerniente a la higiene y, sobre todo, en relación con el abastecimiento de agua. Los socialistas usaban el argumento tan empleado por ellos del supuesto patriotismo de los que habían permitido que se llegase a la situación expuesta en la otra publicación.

La Época agregaba que el ejército contaba con dos organismos adecuados, los Cuerpos de Sanidad e Intendencia, a quienes correspondía la responsabilidad en estas materias. Pero no se había hecho mucho, especialmente en relación con el agua. La Época planteaba la solución de las máquinas potabilizadoras del agua de mar, como, al parecer, se había usado en la campaña de 1909.

El periódico obrero terminaba diciendo que lo menos que se podía dar a un soldado, era asistencia.

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