El dos de mayo internacionalista de 1871

Historia

En algunos trabajos hemos estudiado la crítica que la Sección madrileña de la Primera Internacional realizó a la festividad del 2 de mayo en 1871, llamando a los trabajadores a no celebrar este hecho. Pues bien, como alternativa, el dos de mayo de ese año en Madrid y Barcelona tuvo también su marcado carácter internacionalista en favor de la Comuna de París, por el ejemplo que suponía aquel hecho revolucionario para la clase obrera, como nos recuerda Francisco Mora en sus Apuntes para la Historia del Socialismo Obrero Español.

 

En Madrid y Barcelona se celebraron “fraternales” entre franceses y españoles, todo un símbolo, precisamente, por tener lugar el 2 de mayo, y como decía Mora, franceses y españoles, y de ambos sexos.

A estas celebraciones se invitaron a todos los que simpatizaban con la Comuna. Se publicó, al respecto, un manifiesto combatiendo el patriotismo como una “idea estrecha y antinternacionalista”.

El mitin de Madrid tuvo lugar en el Café Internacional, que estaba situado en la calle de Alcalá, número 15, donde luego se abrió el Veloz-Club, y hoy hay un hotel. En dicho acto se decidió remitir un mensaje de adhesión a los defensores de París.

Pero el mitin fue disuelto de una forma brutal por la “partida de la porra”, ante la pasividad de los agentes de la autoridad. En origen, la “partida la porra” estuvo formada por agentes violentos al servicio de los progresistas en torno a la Revolución de 1868, como un instrumento para reprimir la oposición contra el Gobierno Provisional y en defensa de la candidatura de Amadeo de Saboya. Era una fuerza que hacía el trabajo sucio represor, dando palizas, atacando periódicos, y disolviendo reuniones políticas y sociales de todo signo. Curiosamente, después del reinado de Amadeo, la “partida de la porra” se dedicó a defender la causa alfonsina.

De la intervención violenta de los “porristas” resultaron heridas unas veinte personas. El pretexto para intervenir habría sido que, supuestamente, los reunidos pretendían demoler el monumento a los caídos en el Dos de Mayo.

La prensa conservadora cargó contra el acto al considerar que era antipatriótico. Pero también es cierto que hubo protestas de la prensa de otro signo, y se presentó una interpelación al Gobierno Provisional por parte de los diputados del Partido Republicano Federal. Tenemos que tener en cuenta que algunos republicanos federales habían asistido a la reunión.

Esta situación vino acompañada de la suspensión de las conferencias populares que sobre la cuestión social se celebraban en la ex capilla de San Isidro, y donde se produjeron intensos debates entre los defensores de la Internacional y “los economistas, abogados naturales de la burguesía”. En realidad, el gobernador de Madrid, Rojo Arias, quería que se reanudasen las conferencias, pero los internacionales se negaron a ello porque consideraban que no estaba garantizado plenamente el derecho de reunión, como se había visto en la disolución violenta del mitin del 2 de mayo.

Hemos consultado, además de la obra citada de Francisco Mora en el número 506 de El Socialista, el libro ya clásico de Josep Termes (1977), Anarquismo y sindicalismo en España. La Primera Internacional (1864-1881), Barcelona. Sobre la “partida de la porra” podemos acudir a la obra de González Calleja, Eduardo (1998). La razón de la fuerza: orden público, subversión y violencia política en la España de la Restauración (1875-1917).

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