Largo Caballero y el salario mínimo legal en 1925
Francisco Largo Caballero realizó una defensa del establecimiento del salario mínimo legal en las páginas del Heraldo de Madrid, que luego, por su importancia, recogió El Socialista, en el mes de enero de 1925. Esta pieza rescata este texto.
Largo comenzaba su trabajo planteando el grave problema salarial en España. Los conflictos laborales, especialmente en el campo, se producían porque el salario era muy bajo. Lanzó en una diatriba intensa sobre el particular, denunciando que con salarios tan bajos era imposible vivir, además de que en el campo había mucho espacio de tiempo sin poder trabajar y, por consiguiente, sin recibir estipendio alguno. Además, no era cierto que los salarios irrisorios eran consecuencia del bajo precio del producto en el mercado o por la poca producción que los trabajadores pudieran realizar porque, por ejemplo, el aceite se vendía al precio que querían los propietarios. Por otro lado, no era la mayor o menor cantidad de producción de cada obrero lo que determinaba los precios de la mano de obra, sino la abundancia o escasez de la mano de obra o la fuerza de la organización obrera que existiese. Para Largo lo de culpar a los trabajadores del campo de la poca intensidad de la producción era un pretexto para justificar siempre los abusos y las arbitrariedades que con ellos se cometían.
Así pues, este era un problema que debía ser estudiado y atendido por los poderes públicos, y no sólo por la paz social, sino porque la propia existencia de los trabajadores del campo peligraba. Y aquí estaría la justificación para implantar un salario mínimo legal, como se había hecho en Argentina también en el ámbito rural.
El salario mínimo legal no solamente beneficiaba a los trabajadores, sino a toda la sociedad porque se convertía en un medio para mejorar la producción, evitaba muchos conflictos e impedía la concurrencia de patronos poco escrupulosos que se valían de la bajada de salarios para luchar en el mercado contra los que tenían alguna conciencia.
Habría quien aduciría la dificultad de establecer legalmente el salario mínimo, pero Largo pensaba que la ley más que señalar el jornal debía crear los órganos o medios que necesitaban los obreros para lograr que su esfuerzo fuera retribuido de acuerdo con los dictados de la equidad. Los trabajadores de ciertas industrias, como la agricultura, el trabajo a domicilio, etc. por falta de fuerza organizada no podían acudir al contrato colectivo, y por eso la ley debía establecer por sí misma la base para llegar a esos acuerdos o contratos colectivos, que tan buenos frutos estaba dando, creando los órganos paritarios correspondientes con la misión de señalar los salarios mínimos, que debían ser obligatorios, como ocurría con los contratos colectivos. Además, argumentaba el líder socialista que esta cuestión ya se estaba debatiendo en la OIT.
Hemos trabajado con el número 4980 de El Socialista, del día 22 de enero de 1925.