El recuerdo de Jaime Vera en agosto
El médico y destacado socialista Jaime Vera falleció el 19 de agosto de 1918, es decir, cuando escribimos este artículo, hace 103 años. Nueve años después de su muerte El Socialista le recordaba en sus páginas. Rememoramos al personaje y también aquel recuerdo de fines de los años veinte porque nos ofrece claves tanto sobre el personaje como sobre nuestro presente, en relación con este tema que tanto nos obsesiona, el del compromiso.
Antes, queremos subrayar la importancia del primer gran intelectual del PSOE, por su fundamental trabajo, en nombre de la Agrupación Socialista Madrileña, del informe para la Comisión de Reformas Sociales, un texto que se podría consultar hoy en día en clave marxista, pero también porque Vera defendió una postura que, en su momento, no fraguó en el seno del socialismo español, y que tenía que ver con la colaboración con los republicanos, un asunto que debía esperar a las consecuencias de la Semana Trágica. En todo caso, a pesar del retraimiento que desarrolló durante un tiempo, volvería a un intenso compromiso con el PSOE, con El Socialista y con la Escuela Nueva.
El Socialista insertó en su número del 19 de agosto de 1927 una columna titulada “Jaime Vera y el socialismo español”.
El periódico destacaba la doble dimensión de Vera, por un lado, su faceta intelectual, pero por otro, también su trabajo como militante, especialmente en la etapa fundacionales, en la época de los “tiempos heroicos”.
El artículo valoraba mucho el hecho de que Vera hubiera puesto su valía intelectual para conseguir éxitos profesionales que ofrecían gloria y comodidades materiales, sino para poner su ciencia y talento al servicio de los humildes.
Vera habría sido un socialista militante de los que trabajaban y luchaban para “la humanidad del porvenir”. Vera había sido, por socialista, tildado de materialista, en tanto que muchos de sus compañeros de cátedra o de clínica se calificaban como románticos, idealistas y dados a la generosidad, que en privado se calificaban de socialistas, pero no en público para no perder sus puestos, comisiones y honores con el fin de poder mantenerse. Vera, como veríamos en este análisis, no había optado por esa vía.
De ese materialismo económico estaría saturado el Partido Socialista, y por ser materialistas los socialistas, siempre según el diario obrero, se estaba logrando que se desenvolviesen instituciones como la Gráfica Socialista, la Mutualidad Obrera de Madrid y las existentes en otras ciudades, la red de Cooperativas socialistas por toda España, las minas de San Vicente que explotaba el Sindicato Minero Asturiano, el propio El Socialista, y se esperaba pronto que lo hiciera la Fundación Pablo Iglesias. Así pues, Jaime Vera era contemplado como un ejemplo de inspiración y compromiso, de un personaje que renunció a las comodidades para trabajar por un mundo mejor.
En estos tiempos de compromisos tan líquidos, frágiles e interesados, recomendamos un acercamiento a Vera. Siempre hemos creído muy sugerente el hecho histórico de los intelectuales que se comprometen más allá de sus gabinetes de estudios. Jaime Vera lo fue, poniendo su saber al servicio de una causa en favor de los demás.
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