Los trabajadores de la Real (Nacional) Fábrica de Tapices en los inicios de la República

Historia

En este apunte estudiamos la situación de los trabajadores de la Real Fábrica de Tapices, convertida en Fábrica Nacional de Tapices cuando se proclamó la Segunda República, aunque, realmente la denominación oficial sería la de Manufactura Nacional de Tapices y Alfombras, pasando a depender del Ministerio de Instrucción Pública. Nos hacemos eco de la entrevista que Isidro Rodríguez Mendieta realizó a estos obreros en el mes de julio de 1931, publicada en El Socialista, por lo que se trataría de una visión desde el movimiento obrero de signo socialista. Rodríguez Mendieta fue un periodista que ingresó en las Juventudes Socialistas en el año 1929, y al año siguiente en la Agrupación Socialista Madrileña. En El Socialista fue colaborador, llegando a ser nombrado director de Claridad en la guerra civil. Fue un destacado miembro de la Asociación de la Prensa de Madrid durante la década de los treinta, y terminaría en la órbita comunista, exiliándose en la Unión Soviética donde fallecería a finales de los años setenta.

 

Rodríguez Mendieta comenzaba su entrevista valorando la enorme importancia de los tejedores, considerando que eran verdaderos artistas, así como la de la propia Fábrica de Tapices de Madrid, que tenía renombre internacional.

Pero, en contrapartida, los obreros tejedores recibían salarios muy bajos, situación que les motivaría a asociarse para defender sus intereses y luchar por sus reivindicaciones. Este sería el eje de la entrevista: los bajos jornales y el problema de la organización obrera en el seno del establecimiento.

Por todo eso, el periodista socialista quería saber la situación de los trabajadores en ese momento, en el verano de 1931, a los pocos meses de proclamada la República.

Al parecer, los tejedores de la Fábrica habían intentado organizarse en el pasado hasta tres veces. La primera de ellas había sido hacía unos treinta años, a comienzos, por tanto, del siglo, porque con la creación de la Sociedad Obrera habían querido los trabajadores luchar contra unos salarios claramente insuficientes para vivir, frente a los beneficios que tenía la Fábrica con la venta de las obras que producía. Así pues, nada más formarse la Sociedad Obrera comenzó una huelga, que duró varias semanas. Pero los oficiales aceptaron un “mísero” aumento de salario, provocando que el resto del personal regresara al trabajo. Además, la Dirección exigió disolver la organización obrera amenazando con despidos si no se hacía.

El segundo intento tuvo lugar dieciocho años antes de la entrevista, creándose una segunda Sociedad Obrera, que agrupó a un número considerable de trabajadores, lo que generaría una clara oposición por parte de la Dirección del establecimiento, persiguiendo a los más significados. Y volvió a pasar algo parecido a lo acontecido la primera vez a través de amenazas, así como por la negativa de los oficiales a dejar de trabajar a cambio de una nueva mínima subida salarial. Otra vez hubo que ceder. En este sentido, los entrevistados hicieron ver al periodista que la Fábrica era una institución muy fuerte porque contaba con el respaldo del rey. En todo caso, el segundo intento, a pesar del fracaso, sí dejó un poso de lucha entre muchos de los trabajadores.

Pero la prudencia hizo que no se realizase durante un tiempo un tercer intento, hasta que llegó un momento claramente más propicio, es decir, con la proclamación de la República. El 16 de abril de 1931, una de las tres secciones de la Fábrica, la de tapices, presentó a la Dirección unas peticiones de forma espontánea, ya que sus miembros no estaban organizados. No se atendieron, como era habitual, pero eso generó una huelga, que duró seis semanas. La huelga terminó ante la promesa de mejorar la situación de los trabajadores. La sección de alfombras se unió a la de tapices y se formó, en consecuencia una nueva Sociedad Obrera.

Pero de nuevo la oposición de la Dirección fue total, especialmente, de Livinio Stuyck, el director. Debemos recordar que los Stuyck fueron una dinastía, vinculada a la Fábrica de Tapices hasta principios del siglo XXI.

Los trabajadores entrevistados insistieron en la supuesta soberbia del director, heredada, en su parecer, a la tradición de una familia que disfrutaba desde hacía mucho tiempo de los favores de la Monarquía. En la entrevista se preguntaba el color político del director actual, de su tendencia monárquica y de cómo, siempre según los entrevistados, había cambiado con la llegada de la República para poder sobrevivir.

Pero aquí los que nos interesan son las peticiones aludidas. Al parecer, se buscaba la abolición del trabajo a destajo en todos los sectores, el establecimiento del jornal con un aumento del 10% sobre los seis días de trabajo de ocho horas cada uno, y el compromiso de que se contara con personal asociado. Por fin, se pretendía que en caso de accidente el trabajador siguiera percibiendo su jornal íntegro durante el tiempo que estuviera convaleciente.

La cuestión salarial parecía especialmente sangrante, con jornales máximos de diez pesetas, a pesar de que se afirmaba que la producción había sido muy grande en los últimos años, especialmente en relación con el Pabellón Real de la Exposición de Barcelona del 29, y que había reportado una buena cantidad de ingresos. En la entrevista también se aludía a que el metro cuadrado de tapiz fino de pared se pagaba a tres mil quinientas pesetas. Pero, por otro lado, también sabemos que con el fin de la Monarquía la Fábrica entraría en crisis, eso sí, que pudo salvarse gracias al encargo por parte de la Dirección de Bellas Artes de la restauración de un conjunto de tapices del siglo XV en depósito del Museo del Prado.

Rodríguez Mendieta concluía criticando al director de la Fábrica, y pedía que se atendiese a sus trabajadores porque no era justo que se les remunerase con esos míseros salarios, dada, además, la importancia del trabajo que hacían.

Hemos trabajado con el número 7008 de El Socialista. Sobre la historia de la institución podemos acudir a la página web de la Real Fábrica. Por otro lado, sobre el periodista es imprescindible consultar al Diccionario Biográfico del Socialismo Español.

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