Sobre el colectivismo en la Asamblea Republicana federal de 1872

Historia

En plena efervescencia del movimiento obrero internacional y español, los republicanos federales se aprestaron a tratar la cuestión social. Una comisión de la Asamblea Republicana Federal de principios del año 1872, compuesta por Francisco Pi i Margall, Emilio Castelar, Nicolás Salmerón, Eduardo Chao, Francisco Díaz Quintero, Joaquín Martín de Olías, y Eustaquio Santos Manso, firmó una propuesta sobre esta materia para la Asamblea el 29 de febrero de 1872.

 

La Comisión reconocía que los trabajadores no habían acudido a la llamada de los republicanos federales para conocer sus demandas, pero eso no les había impedido a sus miembros estudiar la cuestión. Pues bien, antes de plantear las propuestas concretas en favor de los trabajadores cuando se constituyese la República federal, marcaron una postura que nos puede hacer entender las razones por las que el movimiento obrero no acudió a su llamada, y comprender el creciente divorcio del mismo, ya fuera en su versión anarquista, ya socialista, en relación con el republicanismo, a pesar de que defendieron un amplio paquete de medidas de tipo social.

Los republicanos afirmaban que para muchos el problema social estaba resuelto a través del denominado colectivismo, que aconsejaba a los trabajadores que después de la revolución no abandonasen las armas ni regresaran a sus hogares sin haberse apoderado antes de todos los “instrumentos de trabajo”, es decir, los medios de producción, para entregarlos a asociaciones agrícolas e industriales, formadas por los trabajadores. Pues bien, en primer lugar, los republicanos federales abominaban del empleo de la violencia. En segundo lugar, parecía injusto arrebatar sin distinciones ni indemnizaciones algunos de esos medios de producción porque muchos eran fruto directo del trabajo y legítimamente adquiridos. Pero, sobre todo, no era admisible el colectivismo como solución al problema que se estaba produciendo en Europa en ese momento.

La alternativa pasaba para los federales por la asociación. A las asociaciones se entregarían los servicios. Los republicanos querían trabajar para que ese principio se encaminaran los establecimientos de crédito.

Sustituir al grupo por el individuo no resolvía, en la opinión de los republicanos federales, las dificultades económicas, porque de grupo a grupo se reproducirían las desigualdades, los trastornos que generaba la superproducción, y los resultados que originaban las crisis monetarias. El grupo podía hacer tan malos negocios como el individuo y generar miseria. El colectivismo, aún establecido de la mejor manera, no produciría los efectos que de él se esperaban, como no se le dotase de garantías, pero el problema era que, en opinión de los federales, eran desconocidas hasta el momento.

Así pues, el colectivismo era interpretado como una idea vaga, indefinida, e impracticable según el estado en el que se encontraba en ese momento. En este sentido, es significativa la siguiente frase del dictamen de la Comisión: “choca abiertamente con el espíritu individualista de la época sin satisfacer la tendencia comunista”. El colectivismo incurriría en graves contradicciones, aunque no se explicitaban claramente. Por todas las razones expuestas, la Comisión de la Asamblea Federal no podía aceptarlo, aunque reconociese la necesidad de frenar el egoísmo del momento y de intentar dar una solución al problema social. La futura República federal tenía un deber en ese sentido. En otro trabajo estudiaremos las medidas sociales que proponían los republicanos federales.

Nuestra principal fuente es el número del 28 de marzo de 1872 de La Ilustración Republicana Federal.

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