Manuel Serra i Moret y el movimiento obrero británico previo al Partido Laborista
Manuel Serra i Moret (1884-1963) fue un escritor y un político fundamental en la Historia del socialismo catalán. Fue alcalde de Pineda de Mar hasta el golpe de Primo de Rivera, como miembro de la Unió Catalanista. También perteneció a la Federación Catalana del PSOE, aunque justo en 1923 dejaría la misma para ser uno de los fundadores de la Unió Socialista de Catalunya (USC). En 1931 sería elegido diputado en las Cortes Constituyentes, y luego pasaría a ser miembro del Gobierno Provisional de la Generalitat, dirigido por Macià. En 1932 sería elegido diputado del Parlament, y en 1933 también para el Congreso de los Diputados. Publicó muchos libros y artículos. En este breve apunte nos acercamos a una parte de una serie de artículos que publicó sobre la Historia del Partido Laborista en varios números de Justìcia Social, el órgano de la USC, en el año 1924. Aquí nos interesará el movimiento obrero a partir del Cartismo hasta la famosa sentencia del Taff Vale.
Estos trabajos se publicaron a raíz de la victoria laborista de 1924. El socialismo catalán compartía con el español un vivo interés por lo que estaba pasando en el Reino Unido con el crecimiento del laborismo, como una fórmula interesante que pudiera funcionar como alternativa al comunismo. Serra i Moret no aludía a esto último, pero sí consideraba que existía una demanda de los lectores de Justìcia Social por saber los orígenes e historia del Partido Laborista.
Serra i Moret comienza su análisis con el Cartismo, al que calificaba de partido, entre 1838 y 1848, basado en la fuerza de los trabajadores, y que perseguía la conquista del sufragio universal y diversas reformas democráticas, recogidas en la denominada People’s Charter. Serra interpretaba el fracaso del Cartismo por la estrategia sindical de la acción directa y por su crítica a la intervención en política. Esa misma estrategia habría alejado de los núcleos obreros a los socialistas. Fue un período de “abstinencia política” para Serra, aunque serían creadas tres organizaciones sucesivas que promovían la representación parlamentaria de la clase obrera, la London Workingmen`s Union, la Labour Representation y la Labour Electoral Association. Ninguna una de estas organizaciones habría tenido el propósito de crear un partido político de trabajadores, pero sí de llevar al Parlamento representantes que hicieran sentir en el mismo la voz de la clase obrera, confiando que el Partido Liberal recogiera sus aspiraciones, y fuera implantando gradualmente las reformas. La London Workingmen's Union fue creada en 1866, pero solamente había vivido dos años. Su secretario había sido Robert Startwell, que en 1837 había presidido el mitin celebrado en 1837 en Londres con asistencia de tres mil trabajadores, en el que se había adoptado la Carta del Pueblo. La Union se dedicó a presentar diversos candidatos, pero que consiguieron muy pocos votos, por lo que en 1868 se disolvería. Por su parte, la Labour Representation League tendría una vida más larga, pudiendo presentar con éxito doce candidatos, dos de los cuales, serían elegidos. A partir de los años ochenta del siglo XIX se iba a notar un crecimiento del movimiento político en las organizaciones obreras. Serra hablaba de tres instrumentos de propaganda socialista: la Social Democratic Federation, la Fabian Society y la Socialist League, y que estudiaría en el segundo artículo de su serie.
A finales de la década de los ochenta ya había diputados, que nosotros conocemos como los lib-lab, es decir, representantes obreros en las candidaturas liberales. Por una resolución del Congreso de las Trade Unions se crearía la Labour Electoral Association, pero sin querer, todavía crear un partido o grupo independiente de las organizaciones obreras. En el año 1887 en el Congreso de las Trade Unions de Swansea, Keri Hardie atacaría el sistema de lib-lab, acusando al secretario del Congreso, Herny Broahurst de defender candidatos capitalistas. Al año siguiente, el propio Hardie presentaría su propia candidatura como laborista independiente, aunque es claramente derrotado en las urnas. Se iniciaría, según Moret una etapa de lucha de doce años en la que se predicará la necesidad de que crear un organismo político independiente de los partidos existentes. Hardie estaría en ese empeño. Mientras tanto, las Trade Unions fueron evolucionando. Si en un principio habían sido asociaciones que pretendían procurar mejoras económicas particulares, poco a poco fueron adquiriendo conciencia de solidaridad obrera y de los derechos generales de clase. Pero eran organizaciones reformistas moderadas y, según Moret, defensoras de la “democracia burguesa”. Sus líderes combatían a Hardie. Pero, como apuntaba el propio Serra, fue la sentencia de Taff Vale, que hemos estudiado en El Obrero, la que supondría un punto de inflexión. Moret afirmaba que en ese momento las organizaciones obreras británicas habían visto claro el camino a seguir, que, lógicamente, en la idea de nuestro autor, era el de la lucha política.
Hemos trabajado con el número de 23 de febrero de 1924 de Justìcia Social.
Artículos relacionados
- Cuando el movimiento obrero internacional protestó por la agresión japonesa a China
- Sidney Webb sobre el laborismo en 1923
- Felipe Lorda Alaiz sobre Leopoldo Alas Clarín y el movimiento obrero
- A.J. Cook en el movimiento obrero minero británico
- ¿Qué fin y estrategia tenía el Partido Laborista en 1928?