La Comuna y el romanticismo político en Escandell

Historia

Isidro Escandell (1895-1940), al que nos hemos acercado en alguna ocasión, fue un maestro y destacado periodista socialista valenciano, que llegó a ser diputado, siendo fusilado por el franquismo. En este trabajo estudiamos su interpretación de la Comuna de París, a través de un ejercicio histórico personal.

 

Cuando los socialistas del mundo celebran el aniversario de la Comuna que recordaría la lucha de clase, también estaban festejando un acontecimiento romántico, siendo esta la tesis de Escandell en relación con este hecho histórico. La sociedad, el individuo, pero también la Historia pasarían por tres fases: la intelectual, la romántica y la utilitaria. El siglo XVIII correspondería a la primera etapa, porque primó el pensamiento frente a lo que ocurrió en el siglo siguiente, caracterizado por la corriente romántica en literatura, pero también en política. Por fin, el siglo XX correspondería al triunfo de la la parte egoísta y práctica. Las iniciativas se habrían visto ahogadas por los efectivos de la civilización industrial.

Durante el siglo XVIII se mantuvo en París el peso de la tradición intelectual que culminaría en las figuras de la Ilustración: Voltaire, Diderot, Condorcet y Rousseau. Todos esos destellos confluyeron de forma trágica en la Revolución Francesa con su violencia, pero Escandell quería destacar que “apartando del cauce sereno de la historia esta amarga experiencia” aquel siglo había sido el del triunfo de las ciencias sobre los prejuicios y errores, en un ejercicio, sin lugar a dudas, de exaltación de la Ilustración, llamando, por otro lado, la atención su consideración tan negativa de la Revolución francesa.

La tradición intelectual de dicho siglo quedaría superada en el XIX, siguiendo la interpretación del periodista valenciano, por el verdadero alud que supuso la triunfante corriente romántica, como lo atestiguarían en la propia España las “sediciones militares”, en alusión, sin lugar a dudas, a los pronunciamientos, o el avance del republicanismo en Portugal. En Francia, estaría la Revolución de 1848, pero, sobre todo, la Comuna del 18 de marzo de 1871. Es verdad que los obreros habían sido derrotados, y que la Revolución no podía prosperar por tratarse de un movimiento obrero basado en la utopía, en la interpretación de Escandell, pero la Historia se había encargado de colocar este hecho en su parte romántica, en realidad, como el más romántico de los acontecimientos desde que el mundo existía. A pesar de este fracaso y de la represión desatada, bien se merecía el homenaje de los socialistas.

Hemos trabajado con el número de 19 de marzo 1925 de El Socialista, con el Diccionario Biográfico del Socialismo Español, y con los trabajos que hemos publicado sobre este intelectual en El Obrero (véase la Hemeroteca).

 
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