La situación de los dependientes de tocinerías en Barcelona hacia 1915

Historia

El destacado socialista catalán Josep Comaposada, además de ejercer un evidente protagonismo en la Historia del socialismo en Cataluña y sus complejas vicisitudes, y de ser uno de los fundadores de la UGT, así como dirigir la Sociedad de Zapateros, no dejó ni un instante de informar de la situación social catalana entre finales del siglo XIX y los años veinte del siguiente siglo. Gracias a sus artículos, especialmente los que publicó periódicamente en El Socialista contamos con un material muy interesante que nos ayuda a completar nuestro conocimiento de la realidad de las clases trabajadoras en Cataluña en esa época.

 

En mayo de 1915 nos informaba de la situación de los dependientes de las tocinerías de Barcelona. Las tocinerías eran tiendas donde se vendía tocino y otros derivados del cerdo.

A finales de aquel mes y año estos dependientes se pusieron en huelga pidiendo la jornada de doce horas, con los correspondientes descansos para la comida. Sus jornadas eran de dieciocho horas. El conflicto había estallado porque los dueños se habían negado a rebajar la jornada laboral.

La situación de estos trabajadores era muy dura. En primer lugar, estaba la cuestión de la interminable jornada, que comenzaba a las cuatro de la mañana hasta las diez de la noche, con unos breves descansos para las comidas. Pero, además, dormían y comían en los establecimientos. Sus camas se instalaban en esos locales que eran húmedos y sin ventilación, faltos de higiene, espacios propicios para contraer enfermedades, y había menos de las que podían darse porque la mayoría de estos trabajadores eran jóvenes que venían de la alta montaña. Comaposada explicaba que dado el infierno en que vivían estos obreros no podrían ser reclutados en las ciudades ni en los pueblos fabriles.

El domingo y los días festivos se levantaban a la misma hora, es decir, las cuatro de la mañana, y terminaban, eso sí, a las dos de la tarde, que era cuando comían, pudiendo salir de paseo hasta las nueve y media porque tenían que regresar al establecimiento.

El salario de este trabajo que, en todo caso no era de muy baja cualificación como apuntaba el viejo socialista catalán, ya que exigía ciertos conocimientos, era de unas sesenta pesetas mensuales como término medio.

Pero, había otra cuestión importante que destacar. Entre estos trabajadores había un buen número de jóvenes menores de edad. Por la ley, y dada su minoría, no podían trabajar más que ocho horas diarias, pero estaban sujetos al mismo régimen y horario que sus compañeros adultos.

La ley también establecía que las horas que los dependientes trabajasen los domingos tenían que ser compensadas con otras tantas de descanso durante la semana, pero no se cumplía.

Los dependientes habían constituido una Sociedad, reuniendo unos 190 trabajadores que, según Comaposada, eran casi todos los que se encargaban de este oficio en Barcelona. Esta organización había promovido la huelga.

Hemos consultado el número 2197 de 30 de mayo de 1915 de El Socialista.

Además de los múltiples artículos que hemos dedicado en El Obrero a Comaposada, recomendamos la siguiente bibliografía: París Aixalà, Gerard (2020). Josep Comaposada i Gili, un tarresà oblidat, avi del socialisme català, en Mosaic. XII Trobada d'Estudiosos de les Garrigues.,Els Torms: Centre d'Estudis de les Garrigues. pp. 281-291. Ballester, David (2005). Josep Comaposada, biografia d'un socialista. Barcelona: Fundació Rafael Campalans, Arxiu Històric.

Este sitio utiliza cookies. Al seguir navegando entiendo que aceptas mi política de cookies.
Más información Entendido