Fatiga, responsabilidad y jornada de ocho horas en Jiménez de Asúa

Historia

En el libro Estudios y Crítica, que se vendía a través de El Socialista, el jurista Luis Jiménez de Asúa realizó una serie de reflexiones sobre la fatiga, la responsabilidad que se generaba por la misma en el ámbito laboral, y la defensa de la jornada de ocho horas.

 

Jiménez de Asúa quería exponer sus ideas como jurista a propósito de los abundantes accidentes laborales que se producían a finales de la década de los veinte en el ámbito de la construcción.

Se trataba de establecer la responsabilidad en estos accidentes, en relación con la fatiga de los trabajadores. En este sentido, aludía a la clasificación de Angiolini, en cuya última categoría de “culpables de accidentes” estaban los de “por la fuerza del ambiente, por surmenaje físico o intelectual”. La causa era inconsciente y el efecto no previsto. El escritor, siempre según Asúa, ejemplificaba esta categoría con casos de obreros que, fatigados por el trabajo, dejaban caer una viga que lesionaba a un transeúnte, o de operarios causantes de hechos luctuosos en el manejo de sustancias o máquinas peligrosas en el momento en el que el agotamiento no les permitía desplegar la prudencia debida.

Asúa explicaba en su texto qué era la fatiga, y aludía a distintos estudios sobre la misma. De dichas investigaciones surgía el mejor alegato en favor de la jornada laboral de ocho horas. Además, exponía estudios realizados que demostraban el mejor rendimiento en equipos de trabajadores con ocho horas, que con más jornada, ante la misma actividad productiva.

La propia Gran Guerra había demostrado esto mismo. El ardor patriótico había provocado que en las fábricas británicas y francesas se impusiera un aumento de la jornada laboral y la renuncia al descanso de los sábados, provocando todo lo contrario que se perseguía, es decir, que la producción por obrero había bajado, por lo que hubo que restablecer la jornada laboral y el descanso.

Así pues, la calidad del trabajo estaba en relación inversa de la duración. La Sociedad Británica para el Progreso de las Ciencias, al estudiar la fatiga desde el punto de vista económico y social, había demostrado que las largas jornadas empeoraban la producción, aumentaban el número de accidentes y favorecían las faltas de los trabajadores.

Jiménez de Asúa terminaba por afirmar que los accidentes por fatiga de obrero eran responsabilidad del “industrial avaro, el empresario egoísta” que abrumaba a los trabajadores a abrumadoras jornadas. Y, al final, ¿no sería responsabilidad del materialismo de la sociedad?

Hemos consultado el número 6365 de El Socialista, de 4 de julio de 1929.

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