Los inicios de las vacaciones retribuidas en el mundo

Historia

Ante la discusión en 1923 en el Instituto de Reformas Sociales sobre el artículo relativo a los nueve días al año de vacaciones retribuidas en el contrato de trabajo, y el revuelo que eso provocó entre la clase patronal, los socialistas decidieron investigar qué se hacía en el mundo al respecto, y publicar esos datos para el conocimiento general y, lógicamente, en apoyo de los vocales obreros.

 

Después de la Gran Guerra comenzó a reconocerse el derecho a vacaciones retribuidas en distintos lugares.

En primer lugar, en el Reino Unido más de cien contratos colectivos o convenciones entre patronos y trabajadores habían acordado las vacaciones retribuidas, y con arreglo a la legislación de dicho país, había sido comunicados al Ministerio de Trabajo.

La mayoría de estos contratos colectivos establecían que debían ser pagados los salarios por los días de fiesta legales, y además para un cierto número de días, que variaba entre tres o doce al año. Generalmente, se establecía como condición para el disfrute de este descanso anual cierta antigüedad en la empresa, entre seis y doce meses. Había casos, además, en los que el número de días de descanso retribuido variaba en función del número de años que el obrero llevase en la empresa.

El descanso retribuido estaba más extendido en Alemania. Al parecer, el 72% del número total de contratos colectivos, y que afectaban al 86% del total de trabajadores, contenían cláusulas relativas a la vacación retribuida. La duración del descanso anual en Alemania era de unos tres días en el 50% de los casos, y luego había un 41% de contratos que establecían vacaciones de hasta seis días.

En Austria, por su parte, la ley sobre descansos retribuidos a los trabajadores marcaba una semana de vacaciones cuando el trabajador llevara un año en la empresa, y de dos semanas cuando se llevasen más de cinco años.

En Italia, las vacaciones pagadas se aplicaban ya en las grandes empresas. El descanso era de seis días en las industrias química, metalúrgica y textil, y aumentaba al doble en las empresas del gas, electricidad y en las imprentas. Era un derecho para trabajadores con un año de servicio, aunque había casos en los que solamente era necesario haber cumplido seis meses.

En Checoslovaquia había un decreto gubernamental que iba a ser presentado en el parlamento. El decreto preveía vacaciones anuales pagadas para los obreros de la industria, el servicio doméstico y los aprendices, después de un año de servicios ininterrumpidos. Las vacaciones iban a ser de seis días laborables para los obreros con menos de un año de antigüedad, y de doce para los que llevasen más de diez años con el mismo patrono.

Hemos trabajado con el número del 28 de junio de 1923 de El Socialista. En la hemeroteca de El Obrero encontraremos varios trabajos sobre la cuestión para la misma época.

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