El Programa Obrero de Ferdinand Lassalle

Historia

El Programa Obrero o de los Trabajadores fue un discurso pronunciado por Lassalle el 12 de abril de 1862 en Oranienburg (Berlín) ante los obreros mecánicos. Dicho Programa suscitó en el Comité Obrero de Leipzig una gran acogida, y así se lo manifestó al propio Lassalle en una carta donde le pedían opinión sobre el movimiento obrero y su forma de lucha. La respuesta del autor es el conocido como Manifiesto Obrero, una carta abierta, que se publicó en Zúrich el 18 de marzo de 1863, y que tuvo un gran éxito.

 

Pretendemos recuperar algunas partes del Programa, que El Socialista rescató en agosto de 1927, recordando la efeméride de la muerte del socialista alemán, con el fin de profundizar en una figura a la que nos hemos acercado ya en El Obrero en más de una ocasión.

1. Concepción de la Historia. La Historia sería una lucha contra la naturaleza, contra la miseria, la ignorancia, la pobreza, la debilidad, en fin, contra las trabas de todo tipo para el hombre desde que apareció como tal. Las victorias progresivamente alcanzadas sobre dichas trabas darían como resultado el desarrollo de la libertad. Pero no se hubiera adelantar si se hubiera luchado individualmente.

2. Misión del Estado: procurar el desarrollo de la libertad, el desarrollo del hombre en libertad.

3. ¿Qué es el Estado?: la unión de todos los individuos en un orden moral, una unión que aumentaría un millón de veces las fuerzas de todos los individuos que la componen

4. Fin del Estado: pero, en realidad, el fin del mismo no sería limitarse a garantizar la libertad personal y la propiedad, según las ideas burguesas. Consistiría, más bien, en poner, gracias a la unión, a los individuos en disposición de llegar a tales fines, en llegar a modos de existencia tales como jamás hubieran podido llegar los individuos, en que pudieran adquirir un desarrollo, un poder y una libertad que jamás podrían alcanzar como individuos. Así pues, el Estado debería suscitar en el ser humano el desarrollo positivo, progresivo de que era susceptible, es decir en hacer realidad el desarrollo de que es capaz el hombre. Así pues, el fin del Estado sería el desarrollo de la libertad en el género humano.

5. Clase Obrera: la clase obrera habría adquirido, por el abandono en el que se encontrarían sus individuos, un instinto profundo que les enseñaría que el destino del Estado era y debía ser el procurar al individuo, gracias a la unión de todos, un desarrollo incapaz de conseguir individualmente. Esa concepción del Estado de la clase obrera difería de la que tendría la burguesía.

Hemos trabajado con el número 5791 de 31 de agosto de 1927 de El Socialista. También podemos consultar: Lassalle, Ferdinand, Manifiesto Obrero y otros escritos políticos, en edición de Joaquín Abellán García, Madrid, 1989, y la entrada, “Programa de los trabajadores, Ferdinand Lassalle” de M. Merlini en la página web, Crítica de Libros.

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