Los albañiles madrileños por la seguridad en el trabajo en 1919
Los albañiles asociados siempre se caracterizaron por su intensa lucha a favor de la seguridad en el trabajo, habida cuenta del alto número de accidentes que padecieron, especialmente en relación con los andamios, pero también con hundimientos de obras. El trabajo de la construcción siempre se asoció a un elevado riesgo en nuestro país. Nosotros hemos podido comprobar esta situación en nuestros trabajos sobre la historia del movimiento obrero desde finales del siglo XIX hasta la Segunda República.
En este trabajo nos hacemos eco de la iniciativa de la muy siempre muy activa Sociedad de Albañiles “El Trabajo” en la capital de España. En el verano de 1919 sacó un escrito de protesta muy significativo, con motivo de los repetidos accidentes que se estaban produciendo. El Socialista lo publicó en primera página en el número del 6 de agosto. Nos ofrece muchas pistas, al respecto.
Los albañiles denunciaban, por un lado, el elevado número de accidentes, y por otro el abandono que padecían por parte de los obligados a inspeccionar la seguridad de los andamiajes y la construcción de los edificios, no haciendo cumplir la ley. Esos accidentes estaban costando vidas humanas.
El problema surgía, en opinión de la Sociedad Obrera, por el egoísmo y la avaricia de los contratistas de obras, y eso había motivado la denuncia pública que hacían.
Los albañiles se habían dirigido, en repetidas ocasiones, al Ayuntamiento de Madrid para que interviniera de forma eficaz, y se cumplieran las Ordenanzas Municipales, persiguiendo a los que denominaron “apaches” de la construcción, porque, en su opinión, no merecían otro calificativo. También se habían realizado denuncias en la Cámara de la Propiedad, en la Sociedad central de arquitectos y en la Inspección regional de Trabajo del Instituto de Reformas Sociales. Los albañiles reconocían que de todas estas instituciones la que más les había escuchado había sido la organización de los arquitectos. Pero el Ayuntamiento había sido muy ineficaz. Se había hablado de crear una comisión para tratar el asunto, pero solamente se había hablado mucho y no se había concretado nada.
El escrito de protesta se centraba en el caso concreto que acababa de ocurrir en la obra de las madrileñas calles de García de Paredes y de Alonso Cano, por cuenta de la Compañía Anónima Sociedad “El Pilar”, como si hubiera sido la gota que colmaba el vaso. Por un deber de humanidad se creían obligados a prevenir a los técnicos y autoridades para avisarles de las posibilidades de hundimientos y accidentes en ese caso concreto, y así lo relataban en el escrito.
Era ya la hora, pensaban, de que el Municipio, ante la repetición de tantos casos, como el expresado, implantase los propósitos anunciados y se pusiese en marcha la proyectada comisión inspectora. Además, los trabajadores debían empezar a pensar en no trabajar con empresas desaprensivas, en una suerte de boicot que podría ser eficaz para terminar con los abusos e ineptitudes que conducían a los accidentes.
Hemos trabajado con el número 3649 de El Socialista, de 6 de agosto de 1919.
En la hemeroteca digital de El Obrero el lector interesado encontrará trabajos más antiguos sobre este tema.
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