Rodolfo Llopis sobre la formación de candidatos a concejales en Bélgica

Historia

Rodolfo Llopis estuvo en 1926 en Bélgica, y de su experiencia viajera publicó un artículo sobre la capacitación de los obreros en aquel país como un modelo, centrándose en el tema de la formación de los candidatos a concejales para unas próximas elecciones municipales.

 

Para Llopis, en Bélgica la lucha del proletariado por su emancipación era una lucha completa porque abarcaba todas las actividades. Tenía su dimensión sindical. En el sindicato el obrero organizaba su función de productor. En las cooperativas se organizaba como consumidor. En lo político, a través del Partido Obrero, coordinaba sus intereses intelectuales y morales con los económicos. Así pues, como habría apuntado Jaurès, el sindicalismo, la cooperación y el partido era como tres avenidas que conducían a una sociedad de principios socialistas.

El proletariado belga tenía conciencia de clase y una gran disciplina, además de estar capacitado para la función que desempeñaba. Tres conceptos eran claves para Llopis: conciencia de clase, disciplina y capacitación.

Y comparaba con la situación española. El trabajador español había sido arrancado muy pronto de la escuela, si es que llegó a pasar por la misma, siendo explotado en su juventud, en los años del aprendizaje, viviendo miserablemente y gastando sus fuerzas en un trabajo mal organizado. Y vivía sin preocuparse de mejorar sus condiciones de vida. Era verdad que existían individualidades y hasta grupos heroicos que luchaban contra esa realidad hostil, pero todo era muy lento. También pensaba que los compañeros dirigentes y en su esfuerzo para capacitarse, un esfuerzo que gastaba grandes cantidades de energía.

Pero en Bélgica la situación era distinta. Había una escuela primaria que funcionaba, siendo obligatoria la asistencia. Los Ayuntamientos organizaban la escuela primaria superior y la enseñanza profesional. Existían servicios de orientación profesional, pero, además, la propia organización obrera se dedicaba a la educación obrera con gran atención, y como nosotros, por nuestra parte, hemos ido viendo en distintos trabajos. Llopis había escrito ya sobre la Central de Educación Obrera y la Escuela Superior Obrera. En este nuevo escrito se demoró en un caso concreto, relacionado con una futuras y próximas elecciones municipales.

En este sentido, la Escuela Superior Obrera había organizado un curso que seguían una veintena de alumnos. El curso se refería a formar profesores de candidatos de concejales. Los alumnos, al terminar el estudio, se repartirían por Bélgica para enseñar a los candidatos de concejales. En el curso se explicaba el funcionamiento administrativo y político de una ciudad, los presupuestos municipales, la municipalización de los servicios, lo que puede y debía hacer un Municipio en materia educativa, etc; en una palabra, se capacitaban. Y quien no tuviera el certificado de haber hecho el curso no podía ser candidato del Partido.

De ese modo se podían verse los progresos de esos hombres formados en los Ayuntamientos donde existían mayorías socialistas.

Hemos trabajado con el número 5374 de abril de 1926 de El Socialista.

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