La UGT y los orígenes de la Organización Internacional Sindical
La ponencia sobre cuestión internacional del XV Congreso de la UGT del año 1922 supone un documento harto interesante porque realiza la historia, desde su perspectiva, de toda la cuestión sindical en el ámbito internacional del primer período de entreguerras, con los antecedentes de la misma, que son, precisamente, el objeto de este apunte. Los dictámenes fueron publicados por El Socialista.
La Ponencia quería mostrar el origen, principios y táctica de la Federación Internacional Sindical, a la que pertenecía la UGT, porque aquella era una organización combatida denodadamente por algunos elementos (expresaba la propia Ponencia) que pretendían ponerla en contradicción con las ideas e intereses de la propia UGT. No olvidemos que estamos ante el auge de la III Internacional que tuvo su derivación sindical también.
En 1901 se celebró en Copenhague la primera Conferencia de secretarios de las Uniones Nacionales Sindicales, tomando parte en la misma siete países. Desde ese momento se verificaron Conferencia sindicales cada año y después cada dos.
En la tercera, celebrada en Dublín en el año 1903, asistió el secretario de la UGT, que fue el momento en el que se incorporó, habiendo contribuido desde entonces con sus cotizaciones y en favor de la consolidación del movimiento sindical internacional.
En dicha Conferencia se acordó nombrar un secretario internacional con sede en la ciudad irlandesa, encargado de sostener las relaciones entre las Uniones nacionales, de recopilar las memorias anuales de los secretarios nacionales, y de ponerlas a disposición, debidamente traducidas a los idiomas oficiales, de las diversas Uniones nacionales.
En la VIII Conferencia, en Zúrich, en el año 1913, se decidió transformar el Secretariado internacional en la Federación Sindical Internacional. En el momento del estallido de la Gran Guerra la Federación integraba veinte Uniones nacionales. Un poco antes, con diecinueve Uniones, había casi siete millones y medio de afiliados.
Las Conferencias se ocuparon de intentar cohesionar los sindicatos de los de todos los países, de elaborar una estadística sindical uniforme, en desarrollar la solidaridad recíproca en todas las luchas económicas y en todas las cuestiones directamente relacionadas con la obra de la organización sindical de la clase obrera. Además, las cuestiones relativas al militarismo y la huelga general no debían ser de su incumbencia, según la opinión de la mayoría. Pero en la Conferencia de París del año 1909 se declaró la esperanza de que por la aplicación de todos los medios que tuvieran a su alcance los obreros de todos los países pudieran impedir la guerra.
En relación con los socorros de huelga internacionales el Secretariado internacional hizo mucho, aunque su misión fundamental fue recoger y transmitir la documentación que el movimiento sindical de los países realizaba, algo que no se había hecho, lógicamente, hasta entonces.
Hemos empleado como principal fuente el número 4308 de El Socialista de primero de diciembre de 1922. Fundamental es la consulta del libro dirigido por Manuela Aroca Mohedano, Internacionalismo y diplomacia sindical (1888-1986), Madrid, Catarata, 2019.