En el período de Entreguerras hemos encontrado referencias a la necesidad de que los obreros organizados se incorporasen al ámbito diplomático como agregados en las embajadas, y más desde que se constituyó la OIT. Tenemos que tener en cuenta que en Europa se produjo un debate sobre el tipo de diplomacia que se había ejercido antes de la Gran Guerra, llena de secretos, oscuridad, formando un mundo muy elitista, donde se había refugiado parte de la aristocracia europea, y que había constituido un factor importante entre las distintas causas que habían llevado a la Gran Guerra. El propio presidente Wilson criticó esa forma de hacer diplomacia en sus Catorce Puntos, y que la Sociedad de Naciones, en principio, intentó superar. Por nuestra parte, hemos estudiado en este medio de El Obrero la posición de los socialistas españoles sobre la necesidad de cambiar las estructuras diplomáticas, y las reformas emprendidas por la Segunda República.