Édouard Vaillant

Historia

Édouard Vaillant fue un destacado socialista francés nacido en 1840, y fallecido a finales de 1915. En El Obrero hemos visto su figura en algunas referencias, y en un artículo monográfico sobre su crítica al presidente de la III República Francesa por su visita a Rusia en 1908. Hoy le dedicamos un artículo monográfico.

 

Vaillant estudió en París, llegando a doctorarse en Ciencias en 1865. Estuvo en la Escuela de Medicina, marchando a Alemania para completar su formación. Desde 1866 estudió sucesivamente en las Universidades de Heidelberg, Tubinga, Viena, para regresar a Tubinga donde le sorprendió la guerra franco-prusiana. En esa época comenzó su interés social; acudió al Congreso de Lausana, afiliándose a la Internacional.

Regresó a París en la guerra, a la que censuró desde el primer momento. Fue incorporado a la Guardia Nacional. Con Frankel, durante el sitio de la capital, propagó las doctrinas internacionalistas. Los trabajadores del Temple, donde había adquirido, al parecer, popularidad, el eligieron en las elecciones del 8 de febrero de 1871.

Al producirse la insurrección del 8 de maro, el Comité le delegó en el Ministerio de Interior. Fue elegido miembro de la Comuna. Fue, además delegado de la Comisión de Enseñanza, y defendió la creación de un Comité de Salud Pública. Su labor en la Comuna fue muy valorada por Engels, al considerar que había sido uno de los pocos que “habían alcanzado una mayor claridad de principios”, ya que conocía el socialismo científico.

Cuando la Comuna fue aplastada, Vaillant consiguió escapar de París, refugiándose en Londres, donde fue elegido miembro del Consejo General de la Internacional, y donde coincidió con Marx. Mientras tanto, el Consejo de Guerra de Versalles le condenó a muerte el 22 de julio de 1872. Cuando se proclamó la amnistía de 1880 regresó a Francia. Con Blanqui fundaría el periódico “¡Ni Dieu, ni Maitre1” (“Ni Dios, ni Amo!”).

En marzo de 1884 fue elegido consejero municipal de París por el distrito de Père-Lachaise. Desde allí defendió el establecimiento de pensiones para para los viejos combatientes de la Comuna, la abolición de los ejércitos permanentes y la necesidad de dar a las calles de París los nombres de los que se habían distinguido en 1793 y 1871, el restablecimiento de la tarifa del pan, la intervención de las viviendas desocupadas para las personas sin hogar, una tarifa anual sobre terrenos no cultivados y sobre las viviendas no habitadas, y ayudas para los parados por medio de la creación de un fondo especial.

En 1888 se hizo cargo de la dirección de “L’Homme libre”, diario comunalista. En ese año y en el siguiente sería derrotado para la Asamblea Nacional. Consiguió ser elegido, por fin en 1893.

Por su parte, en 1881 fue uno de los fundadores del partido heredero del blanquismo, el Comité Revolucionario Central, una vez fallecido Auguste Blanqui. El partido defendía claramente un socialismo de tipo revolucionario, recogía la tradición conspirativa practicada por Blanqui, un marcado jacobinismo y planteamientos del ateísmo. Este partido sufrió la escisión boulangista en 1888 y, a raíz de eso, el CRC giró hacia la defensa de un sindicalismo revolucionario con el instrumento de la huelga general. Este giro se reforzó con la adhesión de la Alianza Comunista Revolucionaria, una fracción disidente del POSR. Al final, toda esta línea del complejo universo socialista francés participaría de la convergencia, en todo caso, bien trabajosa, que culminó con la creación de la SFIO, que aglutinó a todos los partidos y fracciones.

Hemos consultado, entre otras fuentes, los números 2401 y 2404 de El Socialista. El artículo citado al comienzo de esta pieza puede consultarse en la Hemeroteca de El Obrero.

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