Un texto sobre la situación de Rusia hacia 1911

Historia

Rescatamos un texto, firmado por Luciano Pastor, desde Calatayud, publicado en mayo de 1911, en Vida Socialista, donde se hacía una radiografía del pueblo ruso en ese momento histórico preciso, antes del estallido de la Gran Guerra, y de las Revoluciones de 1917.

 

El artículo comenzaba afirmando que el Imperio Ruso se estaba anegando en sangre, acusando a las “potencias que se llaman civilizadas” de no intervenir, permitiendo que el despotismo estuviera generando víctimas, y que el zarismo continuase actuando.

Allí la prensa, siempre según nuestro autor, estaba amordazada y reducida a un mutismo que calificaba de humillante y absoluto. Los periodistas que se atrevían a decir la verdad eran encarcelados, se suspendían las publicaciones que pedían justicia, y solamente se permitía el ejercicio periodístico a los que renegaban de la verdad.

En el artículo se afirmaba que en Moscú habían sido disueltas seis Sociedades científicas porque se creyó que no adulaban al zar. Por su parte, en la capital (San Petersburgo) habían sido detenidos doce miembros del Comité socialista cuando se encontraba reunido, aunque tenían el correspondiente permiso oficial para hacerlo. Recientemente, las autoridades rusas habían dictado cincuenta y dos sentencias de muerte, de las que se habían cumplido quince.

Pero toda esta acumulación de persecuciones no estaba levantando la protesta airada del mundo, que permanecía indiferente ante tanta crueldad, o solamente se lamentaba, sin que estas condolencias sirvieran para los que sufrían. Pero, además, el pueblo ruso, abandonado a sus verdugos, vivía, a su juicio, en una insensibilidad suicida, “en un embrutecimiento letal” que le aplanaba. Pastor recordaba que hubo un momento en el que surgió la rebelión en Rusia, lo que interpretamos como la Revolución de 1905. Pero la represión se puso en marcha y el pueblo ruso, en vez de revolverse ante la brutalidad de la misma, decayó en su espíritu revolucionario. La tiranía, en consecuencia, se había hecho más soberbia que antes. Desde entonces el pueblo ruso se había convertido en un pueblo de esclavos, de desesperados, mientras no surgía la protesta clara de ningún Estado. vemos, estaríamos ante una visión dura, descarnada de la falta de espíritu revolucionario ruso ante un régimen calificado de despótico, y de la supuesta complicidad de las potencias con la situación interna rusa en los últimos años del zarismo. En todo caso, la Revolución no tardaría en llegar, y también la reacción occidental a la misma.

Hemos trabajado con el número 72 de Vida Socialista.

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