Las condiciones de trabajo rural en Salamanca en 1932

Historia

Continuamos aportando materiales para conocer la situación del trabajador agrícola español en los años veinte y treinta, así como sobre el trabajo del movimiento obrero de signo socialista para negociar y sacar adelante bases de trabajo en la época de la siega, donde más faena había y más contrataciones, favorables para los obreros.

 

En este artículo reseñamos las bases que el Jurado mixto de trabajo rural había aprobado en Salamanca y su término municipal, en relación con la recolección, en junio de 1932. Interesa que el lector se fije en la cuestión del trabajo femenino.

En primer lugar, serían preferidos los obreros de la localidad, siguiéndolos después los de los términos colindantes y, por fin, del resto de la provincia. La recolección de la lenteja y otros frutos se podría hacer empleando otros brazos. Los contratos en vigor subsistirían si ambas partes así lo estimasen, pero en cuanto una estuviera disconforme habría que ajustase a las bases aprobadas. La jornada debía ser de ocho horas, pudiendo los patronos despedir a los obreros si observasen escaso rendimiento en relación con el del año pasado. Los obreros debían ser mayores de dieciocho años y menores de sesenta. El jornal mínimo del segador sería de diez pesetas. Si deseaba manutención, el patrono podría descontar de dicho jornal tres pesetas. Los que no fuesen segadores percibirían el 10% menos del jornal establecido, y los jóvenes, el 20% menos. Las horas extraordinarias se abonarían con arreglo a lo que marcaba la ley al respecto. Los obreros asociados y los no asociados merecerían igual consideración. Los obreros que hubieran ganado más el año pasado percibirían un 20% más sobre los jornales indicados.

Los inspectores tendrían que denunciar a aquellos patronos que persiguiesen a las sociedades obreras. La maquinaria agrícola se utilizaría ante la carencia de obreros y en cuanto el empleo no significase un “injustificado ahorro”. Se prohibía el trabajo de mujeres y niños salvo en la operación de la trilla. En caso de que en un hogar no entrase ningún jornal se autorizaría a trabajar a la mujer, y su jornal debería ser igual al del hombre, deducido el 20%. Cuando el corte se hallase a más de tres kilómetros se consideraría como tiempo de jornada a partir de dicha distancia, contándose cada kilómetro por quince minutos. Se podrían pactar libremente otras bases más favorables entre pequeños y colonos autorizados por la ley a pertenecer a sociedades obreras. No podría emplearse mayor número de obreros que el pasado año, siempre a base de igual cantidad de tierra cultivada, cuando los obreros no se negasen a pactar horas extraordinarias, exceptuándose el caso de retraso con peligro de la recolección normal de la cosecha.

Hemos consultado el número 7292 de El Socialista, de 21 de junio de 1932.

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