Los socialistas y la restitución de sus bienes en el tardofranquismo
Antes de que falleciera Franco los socialistas hicieron pública su postura sobre la devolución de los bienes del PSOE a través de El Socialista, aportándonos las justificaciones sobre la restitución patrimonial y sobre la cuestión de la falta de legitimación del golpe de julio de 1936 y de lo realizado por el franquismo en esta materia.
La Comisión Ejecutiva del PSOE del mes de septiembre de 1974 realizó una declaración política sobre la necesidad de que se constituyera un gobierno provisional para que de forma inmediata tomara una serie de medidas. En el punto quinto de la declaración se exigía la restitución del patrimonio expoliado a las organizaciones políticas y sindicales suprimidas por la dictadura.
En realidad, esta exigencia no era una novedad porque desde el mismo momento de terminada la Guerra Civil, el PSOE había venido reivindicando la legitimidad de su patrimonio que le pertenecía por derecho propio, así como el del resto de organizaciones que habían sufrido el rigor del fascismo.
La reivindicación del patrimonio se contemplaba como un deber de partido inexcusable, pero también, y eso se quería resaltar en ese momento de crisis final del franquismo, parecía fundamental porque se enmarcaba en un esquema político más amplio al negar legitimidad al levantamiento contra el Gobierno legalmente constituido.
Por su parte, la legitimidad de la reivindicación del patrimonio por las distintas organizaciones políticas y sindicales arrancaría, precisamente de lo que los socialistas calificaron de acto criminal, es decir, del “alzamiento” que arrebató al pueblo su soberanía, pero también sus bienes.
Por lo tanto, se consideraba por parte de los socialistas que sería inconsecuente políticamente que, negando la legitimidad de la insurrección, se dejara de negar la legitimidad de los actos posteriores del franquismo en un función de una supuesta dialéctica apaciguadora y claramente oportunista que para asumir protagonismo político a cualquier precio hiciera tabla rasa del pasado y excluyera cualquier tipo de responsabilidades en el futuro. No deja de ser sumamente interesante, desde nuestra perspectiva, esta afirmación de 1974 en relación con lo que luego terminaría pasando en la Transición con las responsabilidades del franquismo.
El PSOE manifestaba, por lo tanto, su propósito de no hacer bajo ningún concepto dejación de un derecho calificado de inalienable, oponiéndose a cualquier negociación que operase sobre la base de una especie de reparto proporcional de los bienes que el franquismo (“fascismo” para lo socialistas), desconociendo la legítima titularidad de los mismo. Se trataba de mantener una postura o conducta coherente sobre la legitimidad histórica, pero también de ser fiel a una conducta colectiva de enfrentamiento y lucha protagonizada por las organizaciones políticas y sindicales que se habían hecho acreedoras a la devolución de un patrimonio que en su día fue arrebatado por las armas.
Los lectores pudieron conocer esta postura en el número de la primera quincena de febrero de 1975 de El Socialista.