Historia para derechas e izquierdas

Política

Como bien saben los lectores de El Obrero este periódico digital dedica mucho espacio a los análisis historiográficos y también a ofrecer fuentes históricas, especialmente del ámbito del movimiento obrero, las izquierdas y de la historia política, aunque no sólo.

 

Esta apuesta tiene un objetivo claro, más allá del propiamente cultural, y tiene que ver con la necesidad de aportar materiales y análisis para fomentar el conocimiento y el debate en este país, especialmente en el seno de la izquierda plural. No nos interesa especialmente el ejercicio diletante, sino considerar que la Historia, su conocimiento, y el debate sobre la misma son fundamentales no solamente para conocer el presente, sino, sobre todo, para construir un futuro distinto, dentro de los parámetros de la libertad y la igualdad, sin olvidar la tan denostada fraternidad.

Este país tiene necesidad de análisis historiográficos, de un conocimiento sereno pero intenso de la Historia, alejando mitologías, tergiversaciones, medias verdades, hechos sacados de contexto y para fines que nada tienen que ver, precisamente, con el conocimiento, sin olvidar que no hay una única Historia, sino distintas interpretaciones, pero profesionales. Estos males se dan en todos los lares, aunque parecen más frecuentes en los ámbitos conservadores, de la extrema derecha y del nacionalismo. Si para los primeros parece que la pesada losa del franquismo sigue encima, para el segundo se hace vital recrear un supuesto pasado imperial o lleno de agravios que no cesan para justificar supuestas grandezas en el caso del españolismo o reivindicaciones nunca satisfechas por parte de los nacionalismos sin estado. Pero en el pasado conservador hay también personajes, sugerencias, hechos y etapas en nuestro país y del ámbito internacional que pueden servir de inspiración para ayudar en la construcción de proyectos conservadores alejados del populismo neofascista y de las tentaciones autoritarias que estás resurgiendo con intensa energía.

Pero también hay problemas en el ámbito de las izquierdas en relación con el asunto que aquí nos ocupa. En este caso parece que a algunos sectores no les interesa mucho la Historia, a lo sumo como complemento cultural, o simplemente se rescata para plantear glorias pasadas, lamentar dolores infringidos por otros y/o para defenderse de críticas o ataques ciertos o infundados. Pero para quienes buscan construir un futuro distinto y mejor se hace necesario conocer con detenimiento la intensa y extensa Historia de las izquierdas, de lo pensado, discutido y realizado aquí y fuera de aquí. Nos ofrece sugerencias, y estímulos para debatir, proporciona referentes, y nos ayuda a construir programas y formular ideas y propuestas, teniendo en cuenta los distintos contextos, y sobre la necesidad de no quedarse solamente con lo que consideramos como positivo.

La Historia es necesaria en este país, para encuadrar el pasado inmediato, pero, sobre todo, para la construcción de alternativas desde los distintos posicionamientos, por eso es fundamental para las derechas y para las izquierdas. Los proyectos no pueden construirse solamente con el análisis del presente, ahí está el pasado o los pasados necesarios.

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