Contra la táctica anarquista en las sociedades obreras (1903)

Historia

Con el presente artículo continuamos el estudio que estamos realizando sobre la táctica socialista sindical, enfrentada a la defendida por los anarquistas. En esta nueva pieza regresamos a El Socialista con un artículo, cuyo título era significativo, “Táctica fracasada”, aludiendo a la que, en opinión socialista, defendían los libertarios para ganar las huelgas.

 

Los rasgos de esa táctica, según los socialistas, era generalizar las huelgas, que tuvieran un carácter violento y que se mantuvieran siempre a ultranza las reclamaciones formuladas por los huelguistas, es decir, que no se admitiese negociación alguna.

Pero las huelgas generales emprendidas en Barcelona, Sevilla y otros lugares habían fracasado, y los trabajadores habían vuelto a sus antiguas condiciones o a peores. Donde había habido violencia como en la comarca del Ter, en La Coruña y en Barcelona solamente se había conseguido derramar sangre y que se detuviese a muchos trabajadores, todo menos mejorar las condiciones de trabajo.

El sostenimiento íntegro de las reclamaciones que se hacían a los patronos, encerrando a los obreros en el marco de la intransigencia, había conseguido algún logro por casualidad en algún sitio, pero en el resto solamente había habido fracaso, o se había cambiado de táctica aceptando la negociación. En este sentido, se aludía que muchas huelgas en el ámbito agrícola en las que se había recomendado lo que los socialistas denominaban “la táctica intransigente” habían terminado mediante arreglos.

En el caso de Barcelona, donde era evidente la fuerza anarquista, unas huelgas habían fracasado y otras habían dejado los desplantes para buscar la creación de comisiones mixtas o habían buscado intermediarios.

El periódico socialista consideraba que el buen sentido se imponía. Las colectividades que, en vista de una postura maximalista habían comprobado que no podían sacar nada, limitaron sus demandas y, por consiguiente, habrían obrado acertadamente. Entre volver al trabajo derrotados y dispersos a obtener una pequeña ganancia como un real de aumento de salario o una reducción de media o una hora en la jornada laboral, la elección, siempre según el periódico, no era dudosa. La táctica socialista se basaba, frente el sentimiento y la impaciencia, en el cálculo y la previsión.

Hemos trabajado con el número 907 de El Socialista, de 24 de julio de 1903.

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