La propaganda comercial alemana en Barcelona al comenzar la Gran Guerra

Historia

El destacado socialista catalán Josep Comaposada, muy activo al comenzar la Primera Guerra Mundial en las páginas de El Socialista, informaba a sus lectores de la propaganda emprendida por los comerciantes alemanes sobre los clientes barceloneses, un ejemplo de la importancia de la economía en las guerras modernas, así como del fenómeno propagandístico en sí. El artículo es del mes de septiembre de 1914.

 

Al parecer, las Casas barcelonesas que tenían relaciones comerciales con Alemania había recibido una hoja y un folleto redactado en castellano.

La hoja contenía una solicitud a los clientes para que continuasen, después de terminada la contienda, surtiéndose de los géneros alemanes. En la hoja se decía que Alemania se había visto obligada a aceptar contra su voluntad la guerra ante la actitud rusa, es decir, se quería asegurar el mercado catalán y se aprovechaba para hacer propaganda sobre la actitud alemana.

Pero la parte importante de la propaganda se contenía en el folleto, al que aludíamos anteriormente, de 66 páginas en las que se describía el atentado de Sarajevo y se insertaban comunicaciones entre el káiser, el zar y los gobiernos de las demás potencias europeas hasta el momento de la declaración de guerra.

El folleto pretendía, en opinión de Comaposada, convencer al lector de que Alemania había hecho todo lo posible por evitar la contienda, cuya única responsable habría sido Rusia.

Comaposada ignoraba si en el folleto se insertaban todas las comunicaciones realizadas o solo las que convenían a los objetivos de sus autores, pero quería demostrar con un ejemplo cómo se deshacía toda la argumentación del mismo.

El socialista catalán insertaba una comunicación en la que se decía que el 26 de julio sir Edward Grey había propuesto someter las diferencias entre Austria-Hungría y Serbia a una conferencia de los embajadores de Alemania, Francia e Italia, presidida por él mismo. Pues bien, en dicha comunicación, que era de los alemanes, se decía que no podían tomar parte en semejante conferencia porque si bien encontraban justificada su “tendencia”, no se podía citar a Austria en conflicto con Serbia ante un Tribunal europeo.

De dicha nota se desprendía, según Comaposada, lo que “todos sabíamos”, y que confirmaría la propia diplomacia alemana, es decir, que Alemania no quería la guerra, pero a condición de que Austria-Hungría, su aliada, tuviese expedito el camino para obrar con Serbia de la manera que mejor tuviese por conveniente. Por eso, pensaba nuestro protagonista que las Casas comerciales alemanas habrían convencido a muy pocos clientes españoles de la bondad de su argumentación.

Hemos trabajado con el número 1951 de 26 de septiembre de 1914 de El Socialista.

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